La crisis de la cadena de suministro global ha traído diversas consecuencias para el autotransporte en México y todo el mundo, y en el caso del sector mexicano supone diversos retos para los fabricantes de vehículos pesados, los distribuidores de estas unidades y, por supuesto, para los transportistas; siendo algunos de estos la escasez de camiones y la operación con parques vehiculares cada vez más antiguos.

Así lo destaca Charin Regules, presidenta del Comité de Camiones de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), durante nuestro podcast Ruta TyT, en el cual también señaló que la falta de componentes y la inestabilidad de la cadena de suministro tienen un impacto generalizado en la industria; además de que suponen un desafío para todos los involucrados en el autotransporte.

«Definitivamente la falta de sincronización de la cadena de suministro es lo que nos tiene vueltos locos a todos. Si pudiera yo resumir en el sector cuál es el problema general que tenemos: es ese. Y nos afecta en determinada medida a todos, al no tener la cadena logística resuelta con los ritmos como los teníamos acostumbrados ha pasado de todo, desde no poder cumplir fechas de entrega de las unidades hasta no tener suficiente equipo para poder entregarle a la demanda que tenemos con nuestros clientes».

Aquí puedes escuchar el episodio completo de nuestro podcast Ruta TyT:

La directiva señala que para los distribuidores esta situación los ha llevado a hacer frente a problemáticas como el encarecimiento de los productos, desde las propias unidades hasta las refacciones necesarias para su mantenimiento; aunque menciona que la principal afectación es no poder cumplir con la demanda de unidades de sus clientes, ya que de eso depende que ellos puedan seguir con sus planes de operación, de renovación de su parque vehicular e, incluso, poder determinar sus tarifas para seguir operando.

El mundo ha estado muy comprometido con muchas cosas y eso no nos ha permitido volver a trabajar en esa sincronía que teníamos, en el caso en general, en el punto de los distribuidores es lo que más ruido me hace, no poder entregarle a los clientes la cantidad de unidades que nos está demandando.

En este sentido, la también directora general de la distribuidora Kenworth del Este indica que para el caso de los transportistas la falta de unidades nuevas y de refacciones les impiden cumplir con su estrategia de recambio de unidades, lo cual toma relevancia, por ejemplo, para empresas que tienen relación con terceros como Pemex o compañías que limitan a determinados años la antigüedad de las unidades.

«Hay clientes que están acostumbrados a renovar 30 o 40 unidades todos los años y eso les permite mantener sus licencias o cumplir con las necesidades de sus clientes y ahorita todas las marcas estamos sólo con un 10% de capacidad de poder entregar las unidades que necesitan. Al cliente se le descompone su estrategia, plan de renovación, sus flujos y su economía; sus números y la propia tarifa que tiene con los clientes».

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Regules también destaca que para las armadoras está situación es incluso más complicada, ya que además de atender la demanda del mercado mexicano, debe atender y cumplir con los compromisos adquiridos con otros mercados, como norteamericano; al mismo tiempo que hacen frente a la falta de insumos y componentes para fabricar unidades.

«La tienen un poco más difícil que nosotros, porque al final las plantas que tenemos en México tienen una alta dependencia de la exportación de unidades, y la alta demanda en el consumo de unidades es a nivel mundial. A los ejecutivos les toca oír los reclamos de todos, de los clientes y distribuidores; y son a los que les está tocando ‘surfear’ con sus proveedores los incrementos. Quien se está tragando en un principio este tema de costos son las armadoras, porque hay contratos que tienen que cumplir y precios ya establecidos y creo que están haciendo su mejor esfuerzo».

En ese sentido, la presidenta del Comité de Camiones de la AMDA asegura que para sortear esta situación es indispensable la comunicación abierta con los clientes y la total transparencia para lograr que la maquinaria del autotransporte siga operando de la mejor manera posible, y así evitar otras afectaciones que terminen dañando de nuevo la cadena logística y derive en mayores atrasos.

«El consejo a la fuerza de venta de cualquier marca es que sean totalmente transparentes y tengamos mucha comunicación con los clientes, porque con base en lo que nosotros les digamos ellos van a tener que hacer su planeación».

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Y en ese mismo sentido señala que también será clave la comunicación entre las plantas, los distribuidores y los clientes para saber a qué se están enfrentando:

«Mientras no entremos en sincronía otra vez todos los actores del sector, creo que lo más importante es que sigamos teniendo muchísima comunicación y seamos muy sinceros sobre lo que hay, porque todos debemos entender que no está en control de nadie».

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