En los últimos dos años, la cadena de suministro a nivel global ya ha enfrentado varios desafíos: pandemia, escasez de contenedores, retrasos en la proveeduría, alza de precios y desabasto, por mencionar algunas; y si bien todos ellos aún persisten, un nuevo golpe se suma: la escalada del conflicto de Rusia y Ucrania.

Para Rebeca Sánchez, experta en cadena de suministro y docente del Colegio de Graduados de CETYS Universidad, las repercusiones y todo el efecto dominó de la pandemia aún no terminan, por lo que este nuevo conflicto presiona aún más la situación, donde las decisiones de las empresas se vuelven críticas y hay gran riesgo para los mercados y el suministro en general.

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¿Cuánta presión más puede soportar la cadena de suministro? La experta responde que esto dependerá de qué tan bien preparadas estén las organizaciones. Y lo primero que hay que entender es que no todas las regiones, países, industrias y, por lo tanto, cadenas, se verán afectados en la misma dimensión.

El segundo paso es comenzar a revisar qué dependencia tienen de proveedores rusos y ucranianos en los distintos niveles de proveeduría –ya sea directa o de segundo y tercer nivel–: “Qué tanto estamos dependiendo de ellos, porque necesitamos evaluar las exposición al riesgo en la región y poder garantizar una resiliencia operativa, qué tanto podremos aguantar la presión”.

En entrevista para TyT, Rebeca Sánchez señala que dependerá de esa preparación que tengan las organizaciones para mitigar riesgos, para salir adelante. Se trata de contar con un plan de mitigación –un plan B– y una base de proveeduría sólida, pero también tener una visión del negocio en la que se consideren los posibles escenarios de impacto, soluciones alternas y evaluar si podrá seguir operando.

Plan de mitigación, el arma secreta

Para que las empresas puedan salir victoriosas de esta guerra, es clave contar con este plan de mitigación de riesgos para su cadena de suministro. En este sentido, la entrevistada señala que tiene tres pasos fundamentales: analizar, planear y ejecutar.

Además, este instrumento debe estar concebido para ayudar a lograr resiliencia  y agilidad operativa: “Que me ayude a enfrentar la interrupción en la cadena de suministro con acciones específicas”.

Sánchez precisa que es necesario evaluar el área de proveeduría en una cadena de suministro, repensar las estrategias en este renglón, incluyendo a los proveedores de nuestros proveedores.

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“Si me jacto de ser una empresa flexible en mis operaciones de manufactura desde la perspectiva de una cadena de suministro, tienes que asegurar que tu proveeduría también lo sea, es una acción inmediata en la que debes de trabajar porque no es rápido implementarla”, explica.

Otra de las estrategias que debe incluir este plan está relacionada con el análisis del área logística: “Estamos hablando de transporte, instalaciones, almacenaje, distribución, estrategias de inventarios, repensar las estrategias es clave para esta situación que estamos enfrentando”, reitera.

A ello suma la relación que las empresas tienen con sus clientes, así como las expectativas de éstos; ya que la pandemia y este conflicto entre Rusia y Ucrania ha modificado modelos de negocio, demanda y necesidades: “Debemos de asegurar que tengo esa visión y visibilidad de lo que el cliente necesita, lo que quiere, su nuevo modelo de negocio y por lo tanto qué ajustes, estrategia y alienación voy a llevar a cabo con respecto a mi mercado”.

Si bien reconoció que muchas empresas ya realizaban este ejercicio como parte de su planeación anual o estratégica, recomienda que este ejercicio se haga con más frecuencia ante una cadena de suministro tan cambiante.

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El escenario crítico

Si bien es muy difícil predecir lo que pasará en este conflicto entre Rusia y Ucrania, y hasta dónde podría impactar a las cadenas de suministro a nivel global, Rebeca Sánchez opina que el peor escenario que puede tener una empresa es no estar preparado, no tener planes de contingencia, ni un plan estratégico de cómo salir adelante.

En su opinión, tras un hecho histórico como fue la pandemia, en la que se demostró la fragilidad y dependencia de la cadena de suministro, las empresas ya debieron aprender algo al respecto: “Debimos desarrollar las estrategias de mitigación de riesgos, como líderes de cadena de suministro no podemos quedarnos estáticos, tenemos que ser dinámicos ante un mercado cambiante y una situación de riesgo”.

La experta señala que no solo se trata de aprender, sino de ejecutar y saber qué hacer si ocurre un hecho como los que han presionado a la cadena en los últimos dos años: “Es lo que queremos, estar mejor preparados, que no me encuentre vulnerable, que haya puesto en acción ese plan de mitigación, tener ese plan listo para ponerlo en acción cuando sea necesario”, agrega.

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