Esta manzana fue cosechada hace un par de semanas en una huerta de Washington. Tardó seis días en llegar a la Central de Abasto de la Ciudad de México dentro de un remolque que trajo mil cajas con la variedad “red delicious”.

 

Sin embargo su historia empezó hace cuatro años, cuando Andy sembró diez hectáreas nuevas al noroeste de Estados Unidos. Este agricultor (él se denomina huertero) pertenece a la quinta generación de una familia dedicada al cultivo de frutas.

 

“Pensamos a largo plazo. Por eso primero hay que sembrar los árboles y durante tres años hay que ‘criarlo’ y no da una sola manzana. Primero debe crecer y hacerse fuerte, para que después le colguemos las manzanas y éstas puedan crecer en las mejores condiciones”, señala.

 

Ahora sí, durante su cuarto año de vida el árbol empieza a dar frutos. De agosto a noviembre se realiza la única cosecha del año. Cerca de 200 personas se encargan de la pizca en las huertas de Andy, que colindan con cientos de acres de otros empresarios que se dedican a lo mismo.

 

Durante la temporada previa a la cosecha hay que revisar todos los días que las manzanas vayan creciendo en buenas condiciones. La temperatura, la presión y la altura de la región convierten a Washington en el principal productores de manzanas en el mundo. Pero hay que cuidarlas, limpiarlas y, de ser necesario, sanearlas, previo al punto exacto en que deben ser recolectadas.

 

Juan Carlos Moreira, representante de los Agricultores del Estado de Washington en México, explica que si bien los árboles dan manzanas una sola vez al año, esta fruta está disponible todo el año gracias a una cadena de valor altamente desarrollada.

 

Más de 14,000 camiones al año

 

Para los agricultores de Washington, explica, esto periodo de entre agosto y noviembre es una parte del ciclo, ya que si bien hay que cosechar todas las manzanas del año solo en estos meses, los camiones no dejan de circular nunca. Es por eso que la primera semana de diciembre es considerada la semana de las manzanas de Washington.

 

En México se consumen 40 millones de cajas al año. De éstas, 14 millones son de Washington, que llegan en 14,000 camiones durante 12 meses. Elías Chávez, director comercial de Grupo MLA –el principal importador de manzanas en la Central de Abasto– contrata cerca de 4,500 tractocamiones.

 

“Manzanas de Washington es sinónimo de calidad. Por supuesto en México también tenemos agricultores con muy altos estándares, sin embargo para dar abasto a la sociedad mexicana es imprescindible la importación. En este caso no compiten, sino que se complementan”, detalla el empresario.

 

¿Y cómo es que siempre hay manzanas? Por la cadena de frío. Elías Chávez explica que la mejor manera de conservar estas frutas es manteniéndolas a cero grados, razón por la que resulta fundamental que desde Washington hasta la Ciudad de México – o cualquier destino– no se rompa esta cadena, ya que su reacción frente al calor y presión pueden acelerar su proceso de maduración.

 

“Nuestros proveedores de transporte son flotas que cuentan con un alto expertise en el transporte refrigerado. Un viaje de allá para acá tarda seis días y desde que sale de las huertas de Washington o de sus cámaras de frío hasta que llegan a la Central, las manzanas vienen en perfectas condiciones”.

 

Ya cuando un siguiente usuario las compra decide si seguirlas refrigerando o no, pues al ser parte de la cadena básica, son productos altamente comercializables.

 

Por último, Juan Carlos Moreira explica que todos los puntos en la cadena de valor son igualmente importantes para que las manzanas lleguen a las casas mexicanas, además de que el papel de los comercializadores en muchas ocasiones es el principal motor de los agricultores tanto mexicanos como estadounidenses, es decir, es dinero que también mueve la economía mexicana.