En medio de la crisis sanitaria, los servicios de mensajería, paquetería y reparto de última milla no se han detenido; sin embargo, los operadores, responsables de entregar las mercancías a los consumidores finales, están particularmente expuestos a diversas fuentes de contagio en su labor, ¿cómo protegerlos de la enfermedad COVID-19?

El Gobierno federal, a través del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), emitió una serie de recomendaciones que empresas y operadores pueden seguir en esta actividad.

El primer paso, señalan, es estar consciente de los riesgos en el reparto de última milla, pues este procedimiento implica el contacto con clientes que pudieran no estar capacitados en prevención del COVID-19; además, el operador maneja mercancía potencialmente contaminada.

Asimismo, dependiendo de los procesos y recursos de la empresa, puede estar expuesto al manejo frecuente y compartido de tabletas electrónicas u operar el mismo vehículo sin un debido procedimiento de sanitización.

Un punto de partida es proteger a los colaboradores desde las instalaciones de la empresa designando entradas y salidas exclusivas para personal y proveedores, así como creando programas de limpieza y desinfección, enfocados en las superficies y objetos que se tocan frecuentemente como: cajas, empaques, etiquetas, básculas, lector de código de barras, tableta electrónica, lápiz óptico, terminal bancaria, repisas, estantes, escritorios y equipos de oficina.

Para la sanitización de espacios y vehículos, es conveniente asignar tiempos estándares al inicio del turno y después del horario de comida. También es importante asignar un área de carga y descarga por operador/repartidor.

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En cuanto a la operación, es fundamental informar a clientes de las condiciones de entrega; por ejemplo, el lugar y forma en que se dejará el artículo para minimizar el contacto, así como promover el pago electrónico. De igual manera, se sugiere modificar las políticas de devolución para ser flexibles y contar con un procedimiento de desinfección de la mercancía cuando sea recibida.

Un vez en ruta, es responsabilidad de la empresa darles a sus colaboradores un kit que contenga al menos gel de alcohol al 70 por ciento, paños y cubrebocas.

Los operadores, por su parte, deben desinfectar constantemente sus manos, especialmente después de completar una entrega.

Antes de llegar al domicilio, es prudente comunicarse con el cliente para informar sobre el arribo de la mercancía y respetar la sana distancia durante la entrega.

Finalmente, las autoridades recalcan las recomendaciones generales para prevenir la propagación del COVID-19: establecer lineamientos en caso de que algún colaborador presente síntomas relacionados con este Coronavirus,  evitar el uso de joyería, mantener la sana distancia, lavado frecuente de manos, evitar tocarse la cara, cubrirse la nariz y boca con el ángulo interno del brazo al estornudar, así como utilizar  equipo de protección personal