Las medidas sanitarias y el endurecimiento de las restricciones han puesto a prueba la operación de los canales de distribución y transportación. En la cadena de frío, fundamental para mantener la inocuidad de un gran número de productos, la seguridad e higiene se han reforzado –principalmente– en el personal involucrado, con el objetivo de no detener la actividad logística.

Catalogada como actividad esencial, la logística ha permitido asegurar el abastecimiento de alimentos, así como de productos de consumo básico y farmacéuticos, sobre todo en el periodo más crítico de la pandemia. 

Para nosotros fue prioridad no parar las operaciones y, la condición para que eso sucediera, era asegurar la integridad y prevención de cualquier miembro de nuestro equipo y de los clientes y proveedores con los que trabajamos. Hasta ahora se ha logrado”.

Mario Coronado, CEO de Qualianz.

De acuerdo con el directivo de este conglomerado –que nace de la fusión de las empresas Iresa, Basal y Ecofrío, y con miras a posicionarse como uno de los principales competidores en el mercado de la cadena de suministro de productos perecederos en frío–, de esta rama logística depende que los alimentos lleguen a los consumidores en condiciones de sanidad.

“Nosotros, más que una misión de negocio, la vemos como una misión con la comunidad. De nosotros depende en gran medida que los alimentos lleguen a la mesa de los mexicanos, y eso representa una responsabilidad muy grande para proceder con mucha precaución y cuidado de los productos que resguardamos”, añade. 

En el avance de la pandemia, el riesgo más importante para la cadena de frío está en su personal. En este sentido, los protocolos de protección contra el COVID-19 fueron implementados en los 30 almacenes que Qualianz opera en el país, en los que laboran más de mil personas. 

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Desde antes del brote del nuevo coronavirus, el personal de cadena de frío debía pasar por la llamada aduana sanitaria, en la que sanitizan el calzado y se coloca cofia, cubrebocas y demás equipo de protección antes de entrar en las cámaras de refrigeración y almacenes. 

Las medidas que tuvimos que complementar con el tema del COVID-19 estuvieron muy enfocadas en la seguridad de nuestros colaboradores y en la de los clientes”, detalla Coronado.

Se implementó la toma de temperatura antes de entrar en cada almacén y se inspecciona visualmente al personal para tratar de detectar síntomas. A la persona que presenta algún cuadro sospechoso, se le impide el acceso y es regresada, ya sea empleado, cliente o transportista.

Qualianz definió, además, un protocolo de desinfección a través de nebulizaciones de los almacenes y realizó simulacros al inicio de la pandemia para estar preparados si hubiese indicios de que alguno de los colaboradores o personas que entran en el almacén fuera un caso activo de COVID-19.

A partir de estos simulacros, se determinó iniciar comunicación y estudios de todas las personas con las que estuvo en contacto el sospechoso o el confirmado positivo dentro de los almacenes, activar un plan de aislamiento de siete días para verificar que todas esas personas que estuvieron en contacto cercano no tuvieran síntomas adicionales, y nebulizar los espacios físicos. 

Todo lo anterior, a cumplirse en menos de 72 horas, para que las operaciones de la cadena de frío se reactivaran una vez pasados los protocolos de reacción.

La nebulización de los espacios se lleva a cabo mediante un proveedor externo, quien prepara una solución antiviral y antibacteriana en una especie de aspersor, con el que recorre toda el área del almacén.

“El virus no permanece activo en las superficies por un largo tiempo. Pero en un almacén, con movimiento logístico y mucho dinamismo, sí es muy posible que el virus sea depositado en una superficie y sea recogido por otras personas. Y ése es el mayor riesgo que se elimina al hacer la evacuación y la nebulización”, destaca el CEO de Qualianz. 

Después del protocolo de nebulización, el proveedor indica que los espacios pueden ser utilizados de inmediato. 

El periodo de 72 horas es el que el conglomerado tiene para correr el proceso completo: desde que se detecta al posible caso de COVID-19, se hacen las entrevistas a los colaboradores que estuvieron en contacto con el sospechoso y hasta la evacuación del almacén, la nebulización y la reapertura del espacio. 

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