Mientras avanzamos en la nueva normalidad y se empieza a restablecer la actividad de industrias y demanda de servicios de transporte de carga, las flotas buscan más que nunca reducir sus costos en diferentes rubros. En el ámbito operativo, la conducción técnico-económica se presenta como una oportunidad de mejorar en este renglón sin necesidad de aplicar importantes inversiones.  

Francisco Javier García Osorio, Director de Movilidad y Transporte de la Comisión Nacional de Eficiencia Energética (CONUEE), señaló que si bien este es un tema que ha venido evolucionando por muchos años, es momento de trata como un asunto urgente que las flotas apliquen estas técnicas para reducir el consumo de combustible.

En el marco del 2º Ciclo de Conferencias Virtuales “Oportunidades ante la crisis” –organizado por la CANACAR– el experto explicó que esta estrategia se compone de tres aspectos básicos: la tecnología, la operación y la gestión de la flota.

“Cada aspecto requiere tratarse de manera amplia, y no es el operador el único responsable de que la conducción técnico-económica se aplique”, expresó el representante de la CONUEE.

Tecnología

Sobre el primer rubro, García Osorio detalló que la conducción técnico-económica se centra en conocer al vehículo para sacarle el mejor provecho en cuanto a eficiencia energética.

Para lograrlo, se requiere vencer las resistencias al avance que se presentan mientras los vehículos están en movimiento. Si bien parecen invisibles, a una gran velocidad resultan en pérdidas de hasta 59% en carretera. Estas resistencias están la circulación del aire (pérdidas aerodinámicas), el rodamiento en el piso y el peso de la unidad y su carga.  

“¿Qué tengo que hacer para vencer adecuadamente esas resistencia al avance? Muy fácil, tengo que operar bien el vehículo”, dijo, para ello se debe conocer cómo sacar provecho al tren motriz. La forma correcta es conocer las tres curvas características: de potencia, de torque y consumo de combustible.

Para ello, el transportista debe acercarse a los fabricantes para que les dé a conocer en la ficha técnica del motor, ya que en éstas generalmente se presenta el valor máximo del torque y las revoluciones por minuto.  Ello le permitirá saber el comportamiento de éste, bajo diferentes condiciones de operación.

Las tres curvas componen el concepto de performance, el rango de revoluciones ideal para operar con el que el vehículo ofrecerá: ahorro, empuje y aceleración.

“Es importante transportistas que tengan ese dato. Si ustedes no tienen estas fichas, no conocen la eficiencia de su motor. No podemos trabajar sin conocer la eficiencia de nuestro motor”, comentó.

Advirtió por no leer el manual o no ser capacitados sobre la operación de una unidad, se tira a la basura el esfuerzo de la industria armadora por ofrecer vehículos más eficientes.

Operación

Para aplicar correctamente la conducción técnico-económica, continuó el experto es traducir los conocimientos del tren motriz y las tres curvas en la propia operación. En este renglón, la clave es la capacitación de los operadores.

Para pasar de la ingeniería del motor a la conducción de la unidad, el primer paso es hacer ver al conductor que esta técnica implica beneficios para su seguridad, suma a su propio desarrollo profesional y traduce en menos emisiones contaminantes y costos para la flota. Especialmente para las micro y pequeñas empresas, dichos ahorros se reflejan en la economía de la familia y el cuidado del patrimonio de ésta (los vehículos).

Francisco García Osorio reconoce que este proceso de ingeniería es complejo y no es tan simple transmitirlo a los operadores. Para compartir este conocimiento, considera, el mejor libro de texto es el volante, es decir, enseñarles en su práctica diaria.

“Ellos conocen muy bien la manera en cómo conducen y, en muchos, conocen si lo hacen bien o mal. En otros casos, van descubriendo a su manera dónde encontrar ese torque alto, ese mejor rendimiento del vehículo. Ellos lo saben porque todo el día están frente al volante”.

No obstante, aclaró, es importante acercar al operador los principios de la física a las reglas del volante. Tales como la zona verde (rango de operación eficiente del motor), triángulo de fuego (energía del motor que se obtiene al quemar el combustible), pie de pluma (dosificación del combustible) y conservación de la cantidad de movimiento (rendimiento favorable a cierta velocidad del vehículo).

Leer: Éstas son las cuatro básicas de la conducción técnico económica

Gestión de la flota

Para alcanzar una flota eficiente y alcanzar los objetivos de la conducción técnico-económica, el rol del gestor de la flota es clave. Éste es el responsable de decidir y dar seguimiento sobre factores que inciden en la operación como: eficiencia de los conductores, rutas, tipo de carga, uso de tecnología, incluso la selección vehicular según las necesidades de la flota.

“La American Trucking Associations, en sus recomendaciones de economía de combustible, encontró que el mayor ahorro que se tiene en el consumo de combustible lo logran los buenos administradores de flota. Hasta el 35% de ahorro”, reveló.

Conducción técnico-económica, ahorros en cifras

De acuerdo con García Osorio, la conducción técnico-económica ofrece reducción en desgaste de motor, menos gastos de reparación de frenos, mayor duración de llantas, menores daños en transmisión, así como ahorros de combustible ya registrados por la CONUEE en:

  • Tractocamiones – 11%
  • Autobuses foráneos – 23%
  • Autobuses urbanos – 17%
  • Camionetas pick-up – 16%