El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania es una amenaza real para los precios de la industria automotriz, además de que se prevé agudice los cuellos de botella en la cadena de proveeduría, advirtió Francisco Bautista, socio Líder del Segmento de Manufactura Avanzada y Movilidad de EY Latinoamérica Norte. 

Durante la ponencia “Perspectivas de la industria automotriz en México”, el experto expuso que la industria a nivel global está viviendo “un escenario nunca antes visto”, el cual dará un nuevo golpe a la cadena de suministros y precios de los insumos. 

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De nuevo vemos otro golpe a la cadena de suministro que nos va a pegar en insumos, costos de energéticos, de los combustibles, que ya está teniendo un impacto y que no sabemos hasta dónde llegará”.

El especialista de EY adelantó que el conflicto entre Rusia y Ucrania llegó para agudizar los cuellos de botella en la cadena de suministro para la industria automotriz, en especial para el caso de los semiconductores, acero y aluminio, así como el paladio y el titanio. 

Estos países son grandes productores de paladio y titanio, los cuales se verán afectados y tendrán limitaciones para las materias primas dentro de la industria automotriz”. 

En el caso específico de los semiconductores, Francisco Bautista expresó que componentes utilizados en su fabricación están en Rusia y Ucrania, así que podría darse un impacto de desabasto de materia prima para la industria de microprocesadores. 

También detectó un factor que podrían abonar a una mayor oferta de semiconductores y esto derivaría de si se incluyen entre los posibles bloqueos de productos para Rusia, factor que abriría espacio para otras industrias del mundo. 

Sin embargo, reconoció que nada está decidido y las afectaciones a la industria automotriz de México y el mundo dependerán de la duración del conflicto entre Rusia y Ucrania, su extensión con aliados y, en especial, de las sanciones impuestas sobre el país gobernado por Vladímir Putin. 

Semiconductores, un problema de raíz

Si bien, el conflicto armado actual podía abonar al desabasto de semiconductores para la industria automotriz, Francisco Bautista sostiene que es una problemática de largo plazo, cuya solución visualiza hasta el segundo semestre de 2023. 

Esta no es una solución a corto plazo y no se va a dar en el corto plazo, muchos hablan de que (será) a finales de este año. Yo no veo una solución hasta el próximo año, el segundo semestre. Claro, ya puedo decir que existe una mejora”. 

El desabasto de estos componentes, hecho que ha presionado la producción de autos desde finales de 2020, tiene un problema de fondo: los fabricantes se dieron cuenta que es más rentable abastecer a la industria tecnológica y no a la automotriz. 

Los manufactureros de chips o semiconductores se dieron cuenta que la industria automotriz genera solo 4% de sus ingresos y los teléfonos inteligentes, el 82%, precisó el especialista de EY.

A lo anterior se suman las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China, las cuales se podrían ver agudizadas por el conflicto actual entre Rusia y Ucrania. 

Ante el panorama, añade, los participantes en la industria automotriz deben comenzar a replantear sus modelos just on time, así como acercar a sus proveedores a la región y realizar compras directas a los productores de semiconductores. Acciones que requieren tiempo. 

La inflación y su impacto en la oferta-demanda de la industria automotriz 

Los insumos y la mano de obra en la Industria automotriz han tenido incrementos importantes, el aumento en el costo de autopartes ha sido de alrededor de 7% y el tipo de cambio (peso-dólar) también se visualiza como un factor en contra para los costos, expuso el experto. 

Estos factores, detalló, presionan al incremento de precios productos, así como la inflación general que enfrentan los consumidores, al desgastar su poder adquisitivo y al deteriorar la economía familiar. 

La inflación ya era una preocupación grande y está el escenario ideal para que se ponga peor, que se extienda a niveles altos (6%-8%) por un mayor tiempo y si eso pasa, con la extensión de tiempo, cada vez se deteriora más la economía familia, porque suben los precios de todo”. 

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Así, la confrontación militar entre Rusia y Ucrania puede llegar a su fin en cualquier momento, sin embargo, dejará repercusiones que pesarán sobre la industria automotriz y las economías por un largo periodo. 

En caso de prolongarse y derivar en mayores sanciones, sus repercusiones en el mundo serán inimaginables, advierte Francisco Bautista, socio Líder del Segmento de Manufactura Avanzada y Movilidad de EY Latinoamérica Norte. 

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