El nuevo coronavirus causó fuertes caídas en la industria y los servicios en el segundo trimestre del año, comportamiento que llevó a la economía del país a caer 18.7% real anual, una baja histórica para un trimestre desde que se tiene registro. 

El paro obligado de las actividades no esenciales generó un severo daño en el sector terciario o de servicios, el cual aporta 64.5% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, con una baja de 16.2% anual, de acuerdo con cifras desestacionalizadas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

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Al interior de los servicios, el comercio al por mayor — uno de los clientes más importantes para el transporte de carga— reportó un retroceso anual de 21.7 por ciento, mientras que para el comercio minorista la caída fue de 28.9% anual. 

El nuevo coronavirus obligó el paro de la actividad turística, así como las actividades de esparcimiento; este último fue el servicio más afectado por las restricciones, con una contracción de 76.9% anual entre abril y junio. 

De acuerdo con las cifras ajustadas por estacionalidad, los servicios de alojamiento y alimentos fueron los segundos más afectados, con una caída de 70.4% frente al segundo trimestre de 2019. 

El rubro industrial, otro importante motor de la economía, se hundió 25.7% anual en el trimestre de referencia. La manufactura fue la más afectada, al marcar un retroceso de 29.6 por ciento. 

La fabricación de equipo de transporte, subsector de la manufactura que inicialmente no fue declarado esencial y estuvo detenido durante al menos mes y medio, cayó con fuerza 64.2% entre abril y junio. 

A su interior, la producción de autos y camiones se contrajo 71.6% anual en cifras desestacionalizadas; y las autopartes lo hicieron en 62.5 por ciento. 

La construcción, actividad que al igual que la fabricación de equipo de transporte fue declarada esencial el pasado 14 de mayo, descendió 34.2% en el trimestre, según las cifras desestacionalizadas del Inegi. 

Dentro de este sector, la edificación — importante por su demanda del transporte de carga — retrocedió 35.7 por ciento; seguida por la construcción de obras de ingeniería civil, con una contracción de 31.3 por ciento; y los trabajos especializados de construcción, con 30.1 por ciento. 

En tanto, la minería, otra de las denominadas nuevas actividades esenciales, retrocedió 4.8% en el segundo trimestre, luego de que en el primer cuarto consiguió un alza de 4.7 por ciento, la primera desde el segundo trimestre de 2014, cuando inició una etapa de caídas en su variación anual. 

El sector agropecuario fue el menos afectado por los efectos del coronavirus, al mostrar una baja de 0.5% anual en el segundo trimestre del año, según las cifras desestacionalizas reportadas por Inegi.

Bajo este escenario, el servicio del autotransporte reportó una caída de 27.3 por ciento, la mayor caída desde que hay registro y 1.5 veces más profunda que el PIB total de México. 

En su comparación trimestral, la economía de México se contrajo 17.05 por ciento. En su interior, las actividades primarias descendieron 2.03 por ciento; las secundarías, 23.4 por ciento; y las terciarias, 15.1 por ciento, según cifras desestacionalizadas. 

El coronavirus y su efecto prolongado 

Hacia adelante, especialistas coinciden en que la economía de México seguirá mostrando debilidad por los efectos y ante la presencia del coronavirus. La caída será fuerte, y la recuperación, lenta. 

El panorama para los trimestres subsecuentes aún está sujeto a un alto grado de incertidumbre, donde la conducción de la política económica podría representar uno de los principales factores que obstaculice el camino hacia una pronta recuperación, haciendo factibles nuevos recortes en las previsiones de crecimiento”. 

Miguel Ángel Saldaña Blanco, especialista de Estudios Económicos Scotiabank.

El especialista de Scotiabank añadió que, pese a la reapertura de las actividades económicas, la debilidad económica se extenderá cuando menos hasta fines de año. 

En este sentido, José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), sostuvo que, esta reincorporación es positiva, pero no implica el inicio de la recuperación económica que México requiere. 

Adicional, recordó que generar los 1.1 millones de empleos formales perdidos durante la fase más aguda de la pandemia debe considerarse junto con la creación de los 1.2 millones de empleos que se requieren cada año por la incorporación de los jóvenes al mercado laboral. 

Gabriela Siller, directora de análisis Económico Financiero de Banco BASE, subrayó que los primeros datos disponibles muestran un efecto rebote en la economía; sin embargo, la prolongación de las medidas de confinamiento por la presencia del coronavirus mantiene deprimidos algunos sectores, como el de los servicios. 

En este contexto, anticipó una contracción del PIB de 9.5% en el 2020, lo que representaría la segunda mayor caída desde que se tiene registro, por detrás de la contracción del 14.9% de la Gran Depresión, en 1932. 

Este miércoles, el Banco de México (Banxico) revisó sus escenarios para la economía de México, el que podría considerarse optimista tiene forma de V, con una caída de 8.8 por ciento, mientras que el más pesimista, el tipo U profunda, previó una contracción de 12.8% anual este 2020. 

Para 2021 su pronóstico para el PIB va de un crecimiento de entre 5.5% a un ritmo de 1.3 por ciento anual, alzas influenciadas por el efecto base de 2020.