En abril de 2020, la venta al menudeo de vehículos pesados en Europa disminuyó un 68.3% respecto al mismo mes de 2019, consecuencia de las medidas tomadas para enfrentar a la pandemia de COVID-19.

De acuerdo con la Asociación Europea de Fabricantes de Automotores (ACEA, por sus siglas en francés), la afectación abarcó a los 27 mercados de la Unión Europea, los tres que conforman a la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés) y a Reino Unido, en todos los segmentos de vehículos pesados.

A detalle, la venta de camiones ligeros (menores o igual a 3.5 toneladas), fue la que mayor pérdida registró, con descenso del 70.7 por ciento, al llegar a 53,604 unidades colocadas en los 30 mercados. En este renglón, España reportó la caída más crítica, una disminución del 91% en el comparativo interanual y 1,823 vehículos.

Respecto a los camiones de más de 3.5 toneladas, se lograron vender 16,194 unidades en el continente, lo que representa una caída del 56.7 por ciento.  Lituania registró el mayor golpe con pérdidas del 86.5% comparado con abril de 2019.

Sin embargo, también destaca la caída en mercados relevantes como: Italia (-61.7%), Portugal (-73.9%), Reino Unido (-76.3%) y Alemania (-39.3%).

Sobre la venta de tractocamiones,  la ACEA detalló que la disminución fue del 60.1% frente a los datos del mismo mes del año pasado.

Si bien Chipre fue la nación con el mayor descenso (-88.9%), destacan las pérdidas en Reino Unido (-80.6%), Portugal (-77.3%), Francia (-72.3%) e Italia (-61.9%).

La ACEA también informó que la venta de autobuses cayó 66% entre los 30 países considerados en el continente. Durante abril, solo se comercializaron 1,231 vehículos, reportó la agrupación. De hecho, en 12 territorios, la venta de buses no superó la decena de unidades.

La agrupación señaló que la pandemia por COVID-19 provocó una crisis sin precedentes en el sector debido al freno en la producción y distribución de vehículos en Europa durante varias semanas. La venta se detuvo, las inversiones se desplomaron y la introducción en el mercado de nuevos modelos se pospuso. Al mismo tiempo, la organización del trabajo pospandémica está aumentando los costos de producción.  

Para a ACEA, el impacto económico y social de esta crisis sanitaria en el sector automotriz es particularmente grave y, actualmente, hay poca visibilidad sobre lo que depara el futuro. Si esta situación persiste, el sector corre el riesgo de un colapso con bancarrotas y reestructuraciones a gran escala.

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