Uno de los retos impuestos por el COVID-19 para las flotas dedicadas a un nicho muy concreto de mercado, es qué decisión tomar cuando las selectas industrias a la que prestan servicios detuvieron completamente sus actividades. Entonces, ¿es un riesgo para la empresa seguir con una estrategia de negocio de especialización?

Ezequiel Reficco, Profesor de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, aclara que el verdadero riesgo de un esquema especializado es que cuando una compañía tiene resultados exitosos, puede incurrir en operar con complacencia o inercia.

“Cuando una organización hace algo y le va bien, a veces cae en la tentación de seguir haciendo lo mismo año tras año, como dice el refrán: dormirse en los laureles. Eso sí que es altamente riesgoso porque cuando viene cualquier shock externo, cualquier discontinuidad, puede poner en riesgo la subsistencia”, señala el especialista en entrevista para TyT.

Y como respuesta a la crisis, agrega, una reacción generalizada de las compañías ha sido el reinventarse y explorar nuevas oportunidades. El ejemplo más común es adentrarse en la revolución digital, empezar a entender su negocio a partir del mundo digitalizado.

Pero el tema trasciende cuando comienzan a analizar de forma decidida el agregar nuevos servicios y segmentos de mercado. Aquí es donde empieza la diversificación como estrategia de negocio, la cual no puede ser abordada sin un análisis de las fortalezas de la empresa, las necesidades de su cliente y el comportamiento del propio mercado. 

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Decisiones apresuradas

Ezequiel Reficco señala que si bien es cierto que la necesidad es la madre de todas las intenciones, y cuando una empresa está en crisis termina sacando las mejores ideas, a veces en ese proceso se pueden tomar decisiones apresuradas.

“Entonces, el riesgo es irnos hacia negocios donde no tenemos ninguna ventaja, es decir, la diversificación por sí misma no es algo siempre positivo, uno debe intentar diversificarse, hacer negocio donde puede transportar aquello que los ha hecho exitosos en el negocio central”, advierte.

La recomendación es centrarse en nuevos nichos en los que la empresa pueda trasladar lo que lo ha hecho exitoso y le genere ventajas en nuevos negocios.

“Algunas empresas también están tomando decisiones a corto plazo, yéndose a negocios en donde los márgenes no son buenos y terminan siendo aprendizajes dolorosos”, destaca.

Además Reficco comenta que, a veces, cuando se empieza un negocio se abren puertas que no sospechaba que podían existir; sin embargo, el empresario necesita tener muy claro qué propuesta de valor puede ofrecerle a su cliente, qué le hace falta complementar.

Incluso, precisa, no es necesario que la empresa agregue un servicio, bien podría ofrecer simplificar un proceso o modernizar un modelo tradicional.

“A lo mejor puedes eliminar una parte que no le agrega valor al cliente y con eso eliminas un componente de costo que lo puedes trasladar al precio y eso puede dar una ventaja sobre la competencia”, explica.

Momento para la adaptación

Reficco comparte que históricamente se han malentendido a los conceptos de Charles Darwin y pensamos que la evolución es el proceso por el cual sobrevive el más fuerte. “Eso no es correcto. Lo que dice es que la evolución es el proceso por el cual sobrevive el que mejor se adapta a los cambios en el entorno.”, aclara.

Como muestra de ellos son los cambios que el COVID-19 trajo no solo en las empresas y sus modelos de negocio, sino en la sociedad en general, poniendo a prueba su capacidad de adaptación, de evolución, de moverse a un esquema mejor.

Y si bien han pasado ya más de tres meses y medio de incertidumbre, el profesor de EGADE aclara que siempre es buen momento para que las empresas se replanteen su situación.

“El único y mejor momento para hacer una evaluación crítica y tomar decisiones es aquí y ahora. A las empresas que estén atravesando dificultades, las estimulo a hacer una revisión crítica de su modelo de negocio y ver cómo pueden adaptarse a este nuevo contexto que nos desafía tanto”, precisa.

Finalmente, dice que no se trata del foco del negocios –si está especializado o no– sino de resistencia de cambios. Y es que una empresa especializada no es incompatible con el dinamismo  y la toma de decisiones audaces. “En este momento, por más especializado que estés en tu negocio, tenemos que revisar las bases del modelo y ver cómo podemos modificarlo, cambiarlo, expandirlo para sobrevivir”, concluye.