México es el principal exportador de América Latina y el número 11 del mundo, de acuerdo con la Organización Mundial del Comercio (OM), y para hacer posible que productos de orgullo nacional lleguen a otras partes del mundo, el autotransporte es una de las estrellas en la cadena logística. 

De los casi 417 mil millones de dólares que exportó México en 2020, por las principales aduanas del país, el autotransporte de carga estuvo al frente de 64% de ese valor, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). 

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La labor del autotransporte de carga va más allá, pues es el principal enlace de la manufactura y el campo hacia los puertos y aeropuertos, para que países de otros continentes disfruten de lo hecho en México. 

En este Día de la Independencia, en TyT hacemos un reconocimiento al trabajo de las empresas transportistas y los operadores por su labor de llevar en sus manos, y sobre ruedas, los productos que nos conectan con el mundo. 

Si bien, Estados Unidos y Canadá son los socios comerciales más importantes de México, a través del T-MEC, nuestro país tiene 12 Tratados de Libre Comercio (TLCs) más que le permiten llega a 1,300 millones de consumidores en el mundo, de acuerdo con la Secretaría de Economía (SE). 

Los vehículos ligeros y los pesados, así como las autotransportes, ocupan el top de las exportaciones mexicanas, y también son un orgullo mexicano, ya que su preferencia en el mundo es una muestra de la calidad de la ingeniería y mano de obra nacional. 

Sin embargo, sobre las llantas de los tractocamiones también se trasladan otros productos tecnológicos como las pantallas planas con destino a puertos, para su comercialización en países como Australia, Corea del Sur y Países Bajos, por mencionar solo algunos. 

¿Qué decir el campo mexicano?, nuestro país aporta sabor al mundo a través de la cerveza, el aguacate, el tequila, las frambuesas, zarzamoras, moras y fresas.

La cerveza de malta hecha en México llega a más de 180 países, aunque el principal consumidor es Estados Unidos, y claro, aquí el autotransporte también desempeña un papel fundamental. 

Después Estados Unidos, están los consumidores de Australia, Canadá, Guatemala, Reino Unido y en mayor proporción, pero sin dejar de ser un orgullo, la cerveza de malta hecha en México es disfrutada en sitios como Islas Salomón, en Oceanía. 

El autotransporte de carga también es el vehículo que posibilita que de los campos de producción de México las  frambuesas, zarzamoras, moras y moras-frambuesa lleguen a más de 35 países, de acuerdo con datos de la SE.

Sí, estos productos del campo se ubican entre las principales exportaciones de México, con una alta demanda no solo en Estados Unidos, también en Países Bajos, Reino Unido, Italia, Bélgica, Francia, Rusia y Japón, solo por listar los más importantes. 

México también endulza el paladar del mundo con importantes exportaciones de panadería, pastelería o galletería. Pese a que estos productos llegaron a más de 30 países el año pasado, el autotransporte es el encargado de que llegue a su principal mercado: Estados Unidos. 

Las galletas hechas en México también tienen en Canadá un importante destino, así como en otros países de América, como Guatemala, Panamá, Honduras, República Dominicana, Costa Rica y Chile, por mencionar algunos. 

Para cerrar con broche de oro llega otro destacado generador de carga para el autotransporte: el tequila. 

Aunque los estadounidenses son quienes más demandan esta bebida, una de las más simbólicas para celebrar el Día de la Independencia de México, el autotransporte de carga también hace una importante labor para llevarla a los puertos con destinos como España, Alemania, Rusia, Letonia, Francia y Japón, de entre una interminable lista de naciones asiáticas y europeas. 

Esta es solo una muestra de las principales exportaciones mexicanas, que en algún momento viajan sobre las ruedas de un tractocamión para llegar a su destino final, sin embargo, detrás hay un proceso logístico destacable en el que también participan el transporte ferroviario el transporte aéreo y, claro, el marítimo.