Además del descenso en la demanda, el transporte de carga y pasaje ha tenido que operar entre riesgos sanitarios, la falta de Estado de Derecho y de certidumbre, aspectos que frenan su velocidad hacia el desarrollo. 

Al tercer trimestre de 2020, el Producto Interno Bruto (PIB) de los transportes, correos y almacenamiento cayó a un promedio anual de 22.6 por ciento, ritmo superior a la baja de 8.9% marcada por la economía nacional.

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En este contexto, Felipe de Javier Peña Dueñas, Presidente de la Comisión de Transporte de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), refiere en entrevista para TyT que en los últimos años, la industria ha tenido una posición más reactiva para solucionar problemas, en lugar de planear hacia dónde ir para aumentar su competitividad.

Uno de los mayores retos es la falta de certidumbre, ya que requerimos una regulación, normatividad o legislación inteligentes acordes con la modernidad y las necesidades del autotransporte.

En lugar de centrarnos en la recuperación, tenemos que reaccionar porque nos sacan una iniciativa con la que quieren modificar el peso máximo de los fulles; y eso no nos ayuda. Si no nos garantizan que habrá DUBA hasta 2023, tampoco ayuda”. 

El directivo recuerda que ya existe la NOM-012-SCT-2-2017, la cual define los pesos y dimensiones de los tractocamiones doblemente articulados o fulles, ahí ya está claro el camino, refiere.

En cambio, en donde sí se debe trabajar es en tener paradores seguros e infraestructura que faciliten cumplir la NOM-087, para que los operadores se detengan y hagan sus pausas, porque como actualmente no hay condiciones, están en riesgo.

La otra crisis

El 2020 arrancó con la sobrerregulación en la agenda principal del servicios de transporte de carga; sin embargo, la pandemia tenía preparado un reto mayúsculo: adoptar los protocolos sanitarios necesarios para garantizar el abasto de la población; de modo que tuvo que aprender sin detenerse, manifiesta Peña Dueñas.

En medio de la pandemia, el reclamo de Estado de Derecho se convirtió en una necesidad. Las vías del ferrocarril estuvieron tomadas por lapsos de 60 días continuos en Chihuahua y Michoacán. A esto se sumaron la toma de casetas, el boteo y cierres de vías carreteras. Llegó 2021 y la solicitud del sector transporte sigue siendo hacer cumplir la ley.

La obstrucción de medios de transporte representa un desgaste terrible para la sociedad, el país y la industria. Me queda claro que no se está asumiendo la importancia que tiene el transporte y sus implicaciones en la certidumbre, sobrecostos, en la posibilidad de cierres técnicos y en las afectaciones al empleo”.

En contraste, para el delito de robo de carga hay un balance positivo. De enero a noviembre del año pasado, fueron cometidos 13,601 delitos contra el autotransporte de carga en el país, una baja anual de 18.04 por ciento, de acuerdo con datos del Gobierno federal. 

Peña expone que ahora el camino será cerrar —con planeación— la normatividad, y una de las asignaturas pendientes es que el Código Federal Penal sea congruente con la reforma al artículo 19 de la Constitución y no permita el otorgamiento de la libertad bajo fianza.

En la mira de la Comisión de Transporte

Este nuevo año, las prioridades para el transporte están en recuperarse de la pandemia, mantener los flujos de operación, capacitar a los operadores, insistir en la mejora de la infraestructura e ir por una Ley General de Seguridad Vial. 

El mayor reto para la Comisión en este 2021 debe ser la seguridad vial partiendo de una nueva realidad y de los parámetros de modernización, además de avanzar hacia la digitalización de trámites, una enseñanza que ha dejado la pandemia, afirma. 

Destaca que tampoco se debe perder de vista la modernización de flota, de las autopistas, señalamientos, paradores, libramientos ferroviarios y de los puertos, como pieza clave para que el transporte avance en la misión de abastecer a México.