Con el objetivo de crear un registro oficial de los distractores más comunes en los que incurren los conductores, el Sistema de Urgencias Médicas Avanzadas y Desastres (SUMA) de Puebla implementó una estrategia de monitoreo para la detección de distractores que pueden ocasionar accidentes viales.
SUMA, parte de los Servicios de Salud poblanos, informó que esta actividad se realiza en coordinación con el Secretariado Técnico del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (STCONAPRA) de la Secretaría de Salud federal, dependencia que tiene la meta de generar conciencia sobre el tema y reorientar las estrategias existentes de prevención de accidentes.
El Gobierno de Puebla detalló en un comunicado que se busca implementar estrategias y acciones para disminuir la mortalidad, en las que el uso del celular en sus diferentes modalidades -hablar, mensaje de texto o voz y videollamada-, resulta ser el más riesgoso.
Luis Alberto García Parra, Director de SUMA, reveló que en la capital de Puebla se determinó realizar el análisis al 3% del total de los semáforos instalados, durante siete días a partir del 26 de noviembre.
Por su parte, Héctor Manuel Mujica González, médico del Sistema de Urgencias de la entidad, explicó que el personal por la salud participa en el monitoreo del comportamiento de conductores del transporte público y automovilistas, quienes, mientras van circulando, pueden realizar diferentes actividades que les distraigan de su responsabilidad ante el volante como: platicar, discutir, maquillar, ingerir alimentos o bebidas.
De acuerdo con datos de STCONAPRA, leer un mensaje en un dispositivo móvil aparta los ojos del camino por cerca de cinco segundos. A 75 km/m es tiempo suficiente para cruzar un campo de futbol completo.
Además, según algunos estudios, las alteraciones en el comportamiento del conductor producidas por el uso del teléfono celular son tan profundas como las ligadas a la conducción bajo efectos del alcohol. Esta dependencia también alerta que un conductor que envía o lee textos mientras conduce tiene 23 veces más probabilidades de verse involucrado en un choque que alguien que no lo hace.
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