En 2020, entre baja en la adquisición de semiconductores para la industria automotriz –derivado de las interrupciones a la producción a nivel mundial– y el incremento de la demanda de estos componentes por empresas de telecomunicaciones y electrónica, la proveeduría de estos chips comenzó a sufrir desajustes que hoy, a meses de distancia, generan impactos en la fabricación de vehículos.

Por ello, el Termómetro TyT de esta semana indagó entre las empresas transportistas –a través del Twitter @revistatytsi este desabasto de componentes impacta a su operación y de qué manera lo ha hecho.

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Y es que primero hay que recordar que la industria automotriz es uno de los principales clientes para el autotransporte, colocándose en segunda posición, de acuerdo con datos de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Una vez dejado en claro esto, no es de sorprender que el 44% de los participantes en el Termómetro TyT señalara que la escasez de semiconductores provoca reajustes logísticos a su operación.

Antes de que se presentara la escasez de semiconductores, la industria automotriz se anticipó programando y reajustando sus procesos de fabricación, para tener el menor impacto posible. En consecuencia, aquellas flotas que trabajan con las armadoras y saben que éstas requieren altos niveles de servicio – que responden a los esquemas just in time o just in secuence deben estar atentas a las necesidades de la industria y adaptar sus tiempos de entrega y recepción conforme las armadoras hayan reprogramado su operación.

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Por otro lado, el 23% de los participantes en el Termómetro consideraron que la escasez de semiconductores ralentiza la renovación de la flota. Y es que este fenómeno no solo ha afectado la producción de vehículos ligeros, sino ha tocado a la industria de pesados. Si bien la demanda de camiones sigue positiva, se ha visto obstaculizada por los retrasos en entregas.

De hecho, en el mercado norteamericano, FTR Transportation Intelligence alertó que la escasez de semiconductores ya está limitando la producción y no se prevé una normalidad en este mercado hasta que estos componentes comiencen a llegar con regularidad a los OEM. La firma estima que la industria podrá regularizarse hasta el primer semestre del próximo año.

El Termómetro TyT también reveló que el 21% de los participantes considera un impacto en la demanda de sus servicios. La combinación de la escasez de semiconductores con la tercera ola de contagios por COVID-19, ha provocado cierta incertidumbre en el sector, que si bien no ha dejado de rodar, aún opera con una baja del 29% en la facturación, de acuerdo con datos recientes de CANACAR.

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Finalmente, destaca que el 12% de los votantes opina que la escasez de semiconductores en la industria automotriz no representa algún impacto en sus operaciones.