En medio de la nueva normalidad, las flotas buscan eficientar su operación y optimizar sus gastos, las empresas familiares no son la excepción; por ello, Ricardo Aparicio, Director del Centro de Investigación para Familias de Empresarios (CIFEM) BBVA del IPADE, destacó que éstas tienen muchas fortalezas y, ante la crisis, es tiempo de conocerlas para sacarles el mayor provecho.

En primer lugar enumeró la visión de largo plazo, pues normalmente estas organizaciones toman decisiones con esta visión.

“A veces, uno de los grandes problemas que tienen los corporativos es que tratan de dar rendimiento trimestral y la empresa familiar está en otra lógica, no invierten para el corto plazo, no toman decisiones de corto plazo. Esta idea de largo plazo, de durar muchas generaciones, yo creo que ayuda mucho a fundamentar proyectos que quieren trascender en el tiempo”, expresó Aparicio Castillo.

En entrevista para TyT, el experto precisó que es en estas épocas de crisis estas fortalezas son una ventaja de las empresas familiares, pues están particularmente interesadas en cuidar las finanzas y los activos de la organización, los cuales son también patrimonio familiar

El también Profesor y Director de las Áreas de Factor Humano y Empresa y Familia del IPADE destacó igualmente la dedicación y el compromiso que estas organizaciones tienen.

En este mismo sentido, recalcó el compromiso que tienen las empresas familiares de sacar adelante el proyecto empresarial –particularmente en sus inicios–. “Si hay que trabajar dobles turnos y si no hay fines de semana. Y creo que eso ayuda mucho a contagiar ese espíritu en la gente, estar codo con codo con el dueño, sacando adelante el negocio”, dijo.

Justamente respecto al rol del empresario, señaló que tiene ese oficio del saber hacer y su gran labor recae en transmitir a las siguientes generaciones ese valor.

Como producto de esas características de una empresa familiar, Ricardo Aparicio reconoció que estas organizaciones –cuando están institucionalizadas– suelen tener mejores rendimientos frente a las empresas no familiares.

“Tampoco es dramáticamente distintivo pero sí uno o dos puntos de rendimiento los encuentras constantemente”, aclaró.

Otra fortaleza de las empresas familiares, de acuerdo con el entrevistado, es que –especialmente las que son locales–  establecen vínculos de confianza con sus clientes pues ellos se sienten muy cómodos de tener un trato directo y personalizado del o los propietarios de la empresa.

“Esa confianza que da el oficio, la dedicación, el saber que va a haber quién está detrás de esa empresa, sigue siendo importante a nivel local. En empresas donde hay cinco ó 15 unidades y conoces al dueño, hay un trato personalizado, creo que hace mucho la diferencia comercialmente”, puntualizó.

El experto del CIFEM BBVA agregó que cuando la familia empresaria funciona bien e institucionaliza su compañía, logra sacar provecho de estas fortalezas; sin embargo, sin profesionalización ni intensiones de combinar el talento familiar con un talento externo, es probable que no encuentre las ventajas de este tipo de organizaciones. “Cuando hacen la tarea las empresas familiares es que todas estas fortalezas se potencian y se hacen evidentes”, mencionó.

La recomendación para profesionalizarse es tener órganos de gobierno, estructuras y procesos bien definidos.

Asimismo, dijo que muchas veces estas ventajas las empresas no familiares tratan de alcanzar de otras formas, pero al final no lo logran con la naturalidad y profundidad que una empresa familiar puede hacerlo.  

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