En una coyuntura en la que es imprescindible cuidar el flujo de efectivo en toda empresa, las de autotransporte tienen un área de oportunidad en sus pólizas de seguro de sus flotas de unidades de carga.

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De acuerdo con Grupo Coopertus, las compañías de este sector pueden encontrar gastos ocultos en el reporte de siniestralidad que emiten las instituciones de seguros. 

En éste se registra la cifra a la que ascendió el daño por un siniestro y cuánto erogó la compañía de seguros por los servicios prestados, que incluye, por ejemplo, los gastos por asistencia vial.

Para esta compañía de consultoría, es imprescindible que los transportistas conozcan y usen este reporte de siniestralidad, toda vez que representa una “radiografía” detallada de cada siniestro en el que se involucró la empresa transportista y que, además, sepan que es un servicio que ya viene incluido en el costo de sus pólizas de seguros. 

Un aspecto más a poner bajo la lupa es lo que se denomina gasto indirecto de ajuste, se trata de un cargo a las empresas de transporte por la atención de un siniestro.

Hay determinadas instituciones de seguros que aplican un porcentaje, mientras que otras, un monto específico por siniestro, y algunas no cobran gasto indirecto. 

Las empresas transportistas también deben estar pendientes de que la reserva de siniestros no “ensucie” el reporte de siniestralidad, ya que cada dos años, algunas reservas dejan de surtir efectos. 

Todas las reservas deben depurarse, es decir, buscar que se eliminen de la siniestralidad, y con ello, que no aumente el costo de la renovación»,

Mario García Martínez, Director de riesgos industriales y transporte en Grupo Coopertus.

En casos de colisiones mayores que ameriten reparaciones en talleres autorizados por la compañía de seguros, solicitar el listado de piezas dañadas y cotejar que sí fueron reparadas, incluso, que sí ameritaba la intervención. 

Confirmar que fueron debidamente reemplazadas conlleva que no se eleve el reporte de siniestralidad, que impacta directamente en la prima que se paga por la renovación de las pólizas. Y, además, que el costo de la reparación se mantenga en los parámetros previstos.

Finalmente, atender la contratación de coberturas que no son necesarias. Contrastar, mediante análisis, los riesgos a los que está expuesta la flota, de acuerdo con la mercancía que se transporte y la operación de la empresa contra lo que se tenga contratado en las pólizas.

Cualquier cambio, reportarlo a la aseguradora para que ajuste las pólizas a las condiciones reales del negocio. 

Por ejemplo, una empresa que transportaba mercancía refrigerada y que con la pandemia cambió a traslado de productos farmacéuticos, debe notificarlo a la institución de seguros para que el programa de pólizas se adecue a la mercancía, vehículos que lo transportan y zonas de distribución.

Es igual de importante notificar tanto los aumentos como disminuciones de riesgo, esto permitirá tener la cobertura adecuada y obtener un reembolso proporcional. 

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