Las ciudades de Guadalajara y Nuevo Laredo elevaron su Índice de Competitividad Urbana durante 2021, debido principalmente a factores financieros, de telecomunicaciones, transporte y bienestar social.

Pese a la crisis generalizada por la pandemia de la COVID-19 que debilitó el ritmo de las distintas economías, estas ciudades marcaron una recuperación elevada con respecto a una lista de 69.

De acuerdo con el estudio realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Guadalajara subió cuatro posiciones en el ranking, pasando de la sexta a la segunda posición en el Índice de Competitividad, quedando solo un lugar atrás del Valle de México.

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Esta es la posición más alta que ha tenido desde 2017, cuando se mantuvo en el número cuatro, para 2018 y 2019 Guadalajara bajó un lugar, colocándose en quinto, mientras que para 2019 a inicios de la pandemia llegó a la sexta posición.

El avance de la ciudad jalisciense se vio marcada por el subíndice de precursores, el cual mide a los sectores financieros, de telecomunicaciones y de transporte, los cuales son considerados necesarios para impulsar el crecimiento económico, la inversión y la generación de empleo.

Para la calificación de Guadalajara, como una de las ciudades más competitivas del país, se tomaron en cuenta los indicadores relacionados con el acceso a las tecnologías de información y comunicación, el cual se incrementó 10% en comparación con 2020, así como el presupuesto destinado a las vías aéreas o terrestres de comunicación, donde creció en un 14%, aunado a la inversión extranjera directa neta, misma que se elevó un 38%.

Asimismo, cabe destacar que Guadalajara fue una de las tres ciudades del país que ejerció mayor porcentaje de los fondos federales para movilidad con 12.9%, y 41.1% respecto al transporte no motorizado.

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En tanto, la posición lograda por Nuevo Laredo, Tamaulipas, misma que mejoró cinco posiciones en el ranking, pasando de la decimoprimera a la sexta posición, se debió, a diferencia de la generalidad de las zonas urbanas, a los subíndices de Sociedad.

Este subíndice mide la calidad de vida de los habitantes, a través de tres áreas: educación, salud e inclusión, aspectos que vuelven atractiva a la ciudad para el talento y la inversión, ya que es un indicio para formar, atraer y aprovechar el capital humano.

Nuevo Laredo ha sido, desde 2018, una de las ciudades que ha ido elevando su ranking año tras año, con excepción de 2020 cuando cayó una posición, de la 12 a la 11, sin embargo, en tan solo un año superó las expectativas.

El indicador de sociedad del IMCO señala que Nuevo Laredo redujo su porcentaje de personas por debajo de la línea de bienestar a la mitad, de 6.7% a 2.9%, así como su tasa de mortalidad infantil, la cual redujo 19%.

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Además de que el sistema de alerta en el subíndice de Gobierno bajó, debido a que la clasificación de la deuda del estado pasó de elevada a sostenible.

El IMCO analizó 69 indicadores agrupados en 10 subíndices para la evaluación de 69 ciudades considerando que cada una de ellas es la primera línea de respuesta a los problemas públicos y que una ciudad competitiva es la primera línea para generar, atraer y retener talento e inversión.

En contraparte se encuentran las ciudades de León y Celaya, Guanajuato, mismas que destacan de forma negativa, mostrando retrocesos importantes en distintos subíndices.

Por un lado, León cayó tres lugares, pasando de la posición 11 a la 14, debido al subíndice de Derecho, dentro del cual se vio incrementada la tasa de homicidios en un 32% , y en el subíndice de Economía por la reducción del número de sectores y la reducción en el porcentaje de crecimiento de los sectores que prevalecieron..

Por otra parte, Celaya retrocedió cinco lugares, cayendo del lugar 18 al 23, como consecuencia de su desempeño en los subíndices de Sociedad, particularmente por la equidad salarial y el personal de salud, incrementando la informalidad laboral y reduciendo el salario mensual de trabajadores de tiempo completo en un 13%.

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