En medio de la crisis derivada de la emergencia sanitaria, el hombre-camión no necesita caridad de parte de las autoridades, requiere impulso a créditos y estímulos para combustibles, señaló Rafael Ortiz Pacheco, Presidente Nacional de la Alianza Mexicana de Organizaciones de Transportistas A.C. (AMOTAC).

El transportista reconoció que las restricciones a la movilidad y el cierre de las industrias no esenciales –particularmente las actividades turísticas– han golpeado severamente al hombre-camión afiliado a esta agrupación, donde el 98% de las empresas están detenidas, incluyendo a más del 95% que da servicios al sector turismo y aproximadamente 38% en el segmento de carga.

En respuesta a esta situación, la AMOTAC ha solicitado el respaldo de las autoridades; sin embargo, solo se ha encontrado con apoyos como la entrega de despensas, las cuales, en su opinión, no ayudan a solventar su situación.

“Yo no estoy de acuerdo con las limosnas, así se los he dicho a mis compañeros. Nosotros somos transportistas y aunque sí tenemos la gran necesidad, yo creo que una despensa en nada alivia el problema”, expresó en entrevista para TyT.

Agregó que lo que el hombre-camión necesita son créditos para la renovación de flota. En este sentido, apeló al apoyo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para regularizar sus vehículos para ser objetos de dichos créditos.

Además, comentó que, con la nueva normalidad y la vuelta a las operaciones, van a requerir llenar los tanques de combustible, y eso, sin flujo de efectivo por la propia crisis, va a ser un problema. “Estamos hablando de más de 10,000 pesos por viaje; en AMOTAC hay alrededor de 160,000 vehículos, multipliquémoslos por 10,000 pesos… Y eso va a ser el arranque, para el hombre-camión será un problema superarlo”, precisó.

“Realmente no nos ayuda tres días una despensa, nos ayudaría mucho un vale para cargar 500 litros de combustible. La situación es muy desesperada”, señaló.

Ortiz Pacheco manifestó que la falta de apoyos al hombre-camión trasciende a los sectores que rodean al autotransporte; por ejemplo, la disminución en la demanda de servicios –tanto de carga como pasaje– ha representado en un descenso en el trabajo de talleres, restaurantes de carretera, por mencionar algunos. “Estamos hablando de un promedio de 20 familias que viven de cada vehículo. Al traer el bloqueo de estas unidades, lógicamente toda esa gente y algunos más, dejan de producir”.

Particularmente en el segmento de transporte turístico, el líder de AMOTAC manifestó su preocupación por la medidas que puedan implementarse para evitar contagios en las unidades.

“Es una locura. En todos los autobuses que se dedican al pasaje o al turismo se cobra por el cupo del autobús, hay desde 41 lugares hasta 50. Aquí la única medida es reducir al 50% pero tendrán que subir los costos en pasaje”, alertó.

Sobre el tema, consideró que las autoridades desconocen los alcances –especialmente para el hombre-camión –de estas medidas.

Rafael Ortiz no descartó que, una vez que se relajen las restricciones a la movilidad, la AMOTAC vuelva a presionar a las autoridades con cierres carreteros para que les otorguen apoyos; además de insistir en temas que la pandemia dejó pendientes como la circulación del doble articulado, la inseguridad en carreteras, la competencia desleal  y la sobrerregulación en diversos estados y municipios del país.

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