El avance de la tecnología ha hecho que inevitablemente toda la información de las empresas esté digitalizada; y si bien esto implica procesos más ágiles, si no se protege adecuadamente, puede impactar en la continuidad de la operación.

Atendiendo a ello, el Consejo Nacional de Ejecutivos en Logística y Cadena de Suministro (ConaLog) realizó el webinar “El Flujo de Información como Centro del Proceso Logístico, y su Seguridad”, donde expertos compartieron los aspectos básicos para estar preparados con planes de prevención y de gestión de la seguridad en la información.

Para ConaLog, la información es el hilo conductor de la planeación y la ejecución logística. Sin flujo de información, tampoco hay flujo de bienes. 

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En este sentido, Erik Markeset, Director General de Tsol, señaló que las empresas de servicios logísticos tienen una gran complejidad pues trabajan con información y productos de terceros, por lo que deben estar al pendiente de sus datos y los de sus clientes; por lo que el tema de la seguridad se vuelve más complejo. ¿Cómo prevenir un problema?

Lo que está en juego

Gustavo Equihua, CIO de Frialsa Frigoríficos, explicó que un primer punto de partida es entender el valor de la información en la logística, pues ésta se encuentra de punta a punta, desde pronósticos de demanda, planeación de compras, rutas, redes logísticas, catálogos de productos e inventarios, facturación, nóminas, historiales, evidencias de entregas y un largo etcétera.

Una vez contemplado este punto, las empresas deben estar conscientes de que un problema con el flujo de la información no protegida puede implicar pérdidas de ventas por inoperatividad, pérdida de ventajas competitivas si el competidor tiene acceso a información confidencial, costos de recuperación de integridad de la información.

Equihua alertó que la divulgación de información confidencial, su uso indebido o alteración puede impactar a la imagen de la compañía para cometer fraudes: “Esto tiene un costo difícil de cuantificar pero puede ser muy grande si los clientes pierden la confianza en nuestras empresas”.

Otra consecuencia de no proteger la información es sufrir multas o penalizaciones contractuales o por autoridades si se pierde la confidencialidad de datos personales.

El experto dijo que se puede ser vulnerable a ataques de personas u organizaciones hackers, ladrones o espías; sí, pero también por algún error o incluso la obsolescencia de algún sistema o herramienta.

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Trabajar con el capital humano

Para Beatriz Aguiriano, Gerente de Proyectos IT de Estafeta, las empresas siempre están preocupadas por sus datos: dónde están almacenados y contar con software especializado, pero olvidan que es necesario ofrecer capacitación a sus colaboradores –fuera del área de tecnologías de la información– sobre las importancia de estos temas.

“Resulta que es cuando un empleado sin saber, o maliciosamente, empieza a usar datos corporativos como puede ser el correo electrónico cuando se da de alta en sus redes sociales”, explica.

De acuerdo con la experta, esto se vuelve una oportunidad para las personas que buscan hackear información de las empresas.

En este sentido, dijo que en Estafeta se trabaja para ofrecer capacitaciones a sus colaboradores para asegurar la seguridad de la información. Por ejemplo, se les orienta sobre el control de contraseñas, configuraciones de privacidad, desactivar geolocalización en las apps, el uso responsable del correo corporativo.

Asimismo, habló de la concientización de no utilizar los dispositivos proporcionados por la empresa para ingresar a redes sociales u otros sitios; pues se trata de un tema de seguridad empresarial.

No siempre nos van a hackear directamente la información dentro de la empresa, sino que a través de nuestros empleados tenemos este reto. Hay que ser muy cuidadosos”, enfatizó.

Protege uno de los activos más valiosos

Por su parte, Francisco Garibay, Director Comercial de Nephos IT, consideró que hoy en día, la información es uno de los activos más importantes y valiosos de las empresas; sin embargo, la cultura empresarial aún no ha priorizado este punto y más bien lo considera hasta que sucede un problema: “Muchas veces somos reactivos y esperamos a que algo pase; pensamos: ¿a mí quién me va a hackear, quién me va a poner un virus? No creo que alguien quiera mis datos”.

Y el experto destacó que no solo se trata de ser víctima de un pirata cibernético, sino las consecuencias de “apagón” que golpee a la continuidad del negocio: “No necesitamos que alguien nos venga a borrar –un hacker o un empleado enojado– puede ser desde un terremoto que nos dañe toda nuestra infraestructura. Tenemos que estar preparados y armar un plan de continuidad de negocio”.

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Como un ejemplo de ello, mencionó los servicios de nube que permitieron la continuidad de las operaciones de muchas empresas que tuvieron que mandar a sus colaboradores a trabajar desde casa al inicio de la pandemia.

De acuerdo con datos de Nephos IT, reveló que el 43% de las empresas que sufre un desastre de este tipo no vuelve a abrir. Además, el 37% de las empresas no tienen idea de cuánto cuesta un downtime en sus negocios; por  ello, invitó a realizar un análisis de riesgos y calculen la cifra real que representaría una vulneración de su información: “Cualquier downtime de cualquier empresa tiene un impacto y ese impacto se puede cuantificar y con eso se puede justificar una posible inversión en alguna solución de seguridad”, concluyó.

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