La pandemia provocada por la enfermedad COVID-19 dejará a su paso oportunidades para el reparto urbano y delivery, debido a la importancia que toman la producción y el consumo local ante la necesidad de fortalecer las golpeadas economías de las ciudades y estados. 

Había una tendencia a consumir global, pero ante el escenario económico y la incertidumbre, la producción y consumo local se vuelven importantes. Ello genera oportunidades para las microempresas”.

José Ruiz Nava, socio Líder de la Práctica de Customer & Operations de KPMG México. 

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El experto explicó que los tres principales factores que definirán las compras de los consumidores (clientes) son el valor por el dinero, con 63% de influencia; la facilidad de compra, con 42 por ciento; y la confianza en la marca, con 41 por ciento. 

Lo anterior fue arrojado por una encuesta realizada por KPMG en distintos países, y estos factores de compra se explican en la necesidad de los consumidores y empresas de cuidar sus gastos, así como en el acceso rápido a los productos y servicios.

En el webinar denominado “Ecosistemas colaborativos en la cadena de valor para afrontar el entorno actual”, organizado por el Consejo Nacional de Ejecutivos en Logística y Cadena de Suministros (ConaLog), el especialista explicó que con la confianza de marca llegan las oportunidades para diversas empresas que conforman los ecosistemas en la cadena de valor. Aquí se incluye a las unidades de reparto urbano o de entregas más pequeñas. 

De acuerdo con la encuesta presentada por Ruiz Nava, la confianza en la marca está definida, principalmente, por la seguridad de las personas, con 56% en el poder de decisión; comunidades locales (tendencia consume local), con 43 por ciento; y conciencia social, con 42 por ciento. 

Los consumidores buscarán realizar sus compras con proveedores locales, hasta en 25% (para los no comestibles), por varias razones: distancia, confianza, y hay una mucho mayor conciencia de la economía local.

Este posible incremento en la demanda de la manufactura local viene acompañado de la disposición de hasta 90% de los clientes por pagar más por los productos locales, como parte de una mayor conciencia social ante la crisis. Esta alza en la demanda activaría los servicios de última milla. 

Ante estos cambios originados por la COVID-19, dijo, las micro y pequeñas empresas (MiPymes) deben apoyarse de quienes en la cadena de suministro saben hacer mejor las cosas, para enfocarse en un mejor servicio al cliente y reducir costos.

Debe existir una apertura para ir a buscar a quienes hacen esas actividades mejor que nosotros y ello nos permitirá acceder rápidamente a los mercados”.

José Ruiz Nava, socio Líder de la Práctica de Customer & Operations de KPMG México. 

Para llegar a los consumidores a quienes hoy no se tiene acceso de una forma más rápida, las empresas deben ir en busca de plataformas de comercialización, logística, distribución, delivery y de última milla, para hacer alianzas con ellas, sostuvo. 

No necesariamente tenemos que buscar a los grandes operadores logísticos, o las grandes bodegas. Evidentemente nos ayudan, pero hay una gran oportunidad para los operadores con la apertura de redes de almacenamiento de menores tamaños, cerca de zonas de consumo interesantes para los sectores”. 

José Ruiz Nava, socio Líder de la Práctica de Customer & Operations de KPMG México. 

A estos factores se suman los hábitos de consumo que favorecieron a las tiendas online, con incrementos en las ventas de hasta 36% para las de productos no comestibles, mientras que para supermercados el alza ha sido de 22 por ciento, durante el confinamiento. 

En contraste, de acuerdo con la encuesta de KPMG, las preferencias por las tiendas físicas cayeron en 38 por ciento, para la venta de no comestibles, y de 22 por ciento, para las que ofrecen alimentos. 

Y todo parece indicar que la pandemia llegó para abrir de forma permanente las puertas de los hogares que se mantenían cerradas al eCommerce, pues entre 45 y 50% de los consumidores que han probado los nuevos canales no van a regresar al método de consumo físico. Esto supone mayor estabilidad para la demanda del reparto urbano. 

¿Qué esperar para el transporte en el post COVID-19? 

Ante este contexto, las empresas de transporte deben estar preparadas para ofrecer una mayor cercanía, velocidad y frecuencia en los viajes, añadió el socio Líder de la Práctica de Customer & Operations de KPMG México. 

Habrá un mayor equilibrio entre los grandes y pequeños volúmenes de carga, previó, pues hoy las redes de logísticas están planteadas para primero hacer grandes movimientos y grandes consolidaciones, para poder llegar lo más cercano posible al punto de consumo o entrega y después hacer una ultima milla más pequeña. 

Ahora, lo que tenemos que hacer es que los centros productivos y de generación de los productos deben estar cercanos al consumidor, entonces la velocidad de respuesta y la frecuencia con la que tendremos más despachos serán mayores”. 

José Ruiz Nava, socio Líder de la Práctica de Customer & Operations de KPMG México. 

Es decir, las flotas deben atender servicios más frecuentes, y más pequeños. Aquí habrá una mayor tendencia hacia el desarrollo del delivery y la entrega más pequeña, concluyó el especialista.