Luego de que el Senado de la República ratificara el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (CANACAR) señaló que, si bien apoyan el acuerdo, reconocen que éste perjudica al sector. Por ello, solicitó un establecer un programa específico para impulsar la competitividad del autotransporte en el país.

En conferencia de prensa, Enrique González Muñoz, Presidente Nacional del organismo, explicó que en el nuevo acuerdo, no se permitirán más autorizaciones de largo recorrido de mercancías provenientes de México, mientras que los transportistas estadounidenses aún continuarán con este beneficio.

Asimismo, se determinó que cuando los industriales del autotransporte sientan en riesgo sus intereses económicos y comerciales, las autorizaciones que ya están otorgadas se pueden cancelar.

“Nosotros siempre manifestamos que el trato era poco equitativo al momento de otorgarlas, porque los requerimientos para las empresas nacionales eran más severos que los que nosotros pedíamos a las empresas que llegaban”, dijo.

Por su parte, Refugio Muñoz, Vicepresidente Ejecutivo de la CANACAR, explicó que los más grave es que el control de las autorizaciones de largo recorrido es un trato que Estados Unidos solo tuvo con México, mientras que con Canadá se conservaron las mismas condiciones.

No obstante, ante este panorama que prácticamente limita al sector a un mercado doméstico, no queda más que impulsar la competitividad del sector en el país con trabajo conjunto con el Gobierno federal, donde se contemplen estos puntos:

  • Crear una zona de transferencia en la frontera con una reglamentación especial, que opere de forma similar que en el sector marítimo, en donde se inspeccionan los contenedores y la carga. En dicho espacio no se detendría a la verificación de condiciones físico-mecánicas, en el entendido que las unidades cumplen con la normativa de cada país.
  • Modernización de micro y pequeñas empresas para que puedan acceder a mejores condiciones. La Cámara señala que lo más adecuado es promover entre estos estratos empresariales, la creación de empresas integradoras para que las Pymes puedan entrar a EU bajo el esquema de operadores logísticos.
  • Establecer, por ley, un límite de edad para la flota vehicular en servicio. En este sentido, reactivar los estímulos fiscales para la renovación de las unidades. Asimismo, diseñar un programa específico que sea accesible para las Pymes.
  • Crear una Ley General de Autotransporte que sustituya en la parte de servicios a la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal.

Y aunque es difícil cuantificar el impacto del T-MEC al autotransporte, la CANACAR prevé que aproximadamente 3,800 empresas –que cuentan con aproximadamente 400,000 unidades –que operan en la frontera se verán afectadas directamente.

Asimismo, preocupa la migración de operadores hacia Estados Unidos, territorio que también enfrenta el déficit de conductores para el autotransporte. Y si bien esta problema se agudizaría, según Refugio Muñoz ya se vive un “pirataje” con los permisos B-1; por ello, la Cámara ya trabaja con la American Trucking Association (ATA) para crear un esquema de desarrollo de talento que solucione el problema de forma regional, en lugar de “robarse” colaboradores.

Enrique González mencionó que desde el momento de la publicación de este texto, la organización se dio a la tarea de trabajar con legisladores de diferentes bancadas y comisiones, solicitando reciprocidad para ambas partes.

Lamentablemente, agregó, solo fueron escuchados aunque nunca invitados a las mesas de análisis.

“No somos un sector que vamos a frenar algo que trasciende a la generalidad, pero a nosotros en lo particular nos afecta”, aclaró, pues la Cámara reconoce el esfuerzo del equipo negociador y los beneficios del T-MEC para el país.

Y como un déjà vu, la historia para este sector se repite. Ambos dirigentes del sector recordaron que hace 25 años, en la aprobación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el autotransporte se vio desfavorecido con ciertas condiciones y no se consideraron las peticiones que se realizaron.

Esto, destacaron, pese a que más del 80% de las mercancías movilizadas entre México y Estados Unidos, viajan a través del autotransporte.

“El sector autotransporte de carga nuevamente fue utilizado como moneda de cambio, colocándolo en una situación de indefensión frente a sus competidores de Estados Unidos”, expresó Refugio Muñoz.