La mañana de este martes, vecinos de la colonia El Molino, en Ixtapaluca, bloquearon la autopista México-Puebla, en dirección al Distrito Federal, situación que se alargó por más de cuatro horas provocando una fila de vehículos de más de cinco kilómetros según reportes de las autoridades.

Si bien los cierres en autopistas y carreteras federales afectan a todos los usuarios de dichas vías, las implicaciones para el autotransporte no sólo repercuten en el tiempo perdido sino en las entregas a tiempo, en el costo total de operación de los vehículos en ralentí y de las pérdidas económicas que representa una unidad detenida.

Alejandro De los Reyes León, coordinador de Tráfico de Innovación Lógika, empresa transportista usuaria de la vialidad afectada, explica que el primer problema al que se enfrentan cuando suceden este tipo de cosas es la afectación con los tiempos de carga o descarga comprometidos con sus distintos clientes.

“Cuando hay cierres de horas como éste, los clientes suelen perder no sólo tiempo sino dinero porque tienen programado que su mercancía llegue a una hora determinada. Como es de entender, también surgen molestias por parte de ellos cuando esto no sucede de acuerdo al plan”, explica.

Sin embargo, aclara, cuando hay imponderables, la transparencia es la clave para llegar a un acuerdo, pues los clientes también entienden que los cierres viales, las obras en autopistas, el mal clima o hasta un accidente son situaciones que quedan fuera de las manos del operador.

En estos casos, la empresa transportista se comunica con cliente y le explica la situación. “Buscamos y ofrecemos alternativas siempre y cuando el cliente esté de acuerdo, como puede ser tomar otra ruta, aunque en muchas casos represente una opción insegura o quizá más tardada, pero que a final de cuentas resuelva el contratiempo”.

Innovación Lógika utiliza configuraciones de 53 pies y dobles semi-remolques, de tal manera que estos vehículos sólo pueden circular por autopistas, ya que si llegaran a bajarse a una carretera federal, las autoridades los multarían en virtud de los pesos y dimensiones.

“Eso sí, en casos como el de la México-Puebla, que lleva horas detenido el tránsito, los federales pueden acceder a dar el beneficio de circular debajo de la autopista, ya que entienden que no hay otra opción. Aunque de lo contrario, nosotros como empresa transportista somos quienes absorben los costos de una eventual infracción”, agrega.

Por otro lado, cuando la alternativa puede ser un camino más bien inseguro, se le avisa al cliente sobre los riesgos, ya que las mercancías son aseguradas por ellos y las pérdidas, en este caso, son asumidas por ellos o por su agencia de seguros.

Por supuesto la seguridad del operador también es un asunto de primera importancia, ya que si bien los robos suelen ser de vehículos o de cargas, ellos no están exentos de dichos peligros.

En este sentido, Ricardo Escalona, operador que se vio afectado por el cierre de la autopista México-Puebla, explica que “sí les pega a todos este tipo de eventos por tiempo perdido y dinero, por tener muchas unidades paradas. Como operadores no podemos hacer nada porque te echas a la gente encima y serían más pérdidas.

De esta manera, si las mercancías no llegan o lo hacen con horas de retraso, toda la cadena de suministro se ve afectada y, aunque a simple vista parezca no verse, todos los insumos que la sociedad necesita son esos que son trasladados en los camiones que circulan todos los días para autopistas y carreteras federales. Alguien tiene que llevar los productos de la casa.

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