En 2020 la demanda de transporte turístico por carretera cayó 39.2% en México, su mayor descenso reportado para el autotransporte federal ante la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) desde que hay registro. 

Las restricciones al sector terciario –donde se encuentra el turismo– y a la movilidad, así como el miedo de la población a vacacionar ante el riesgo de contagios por el COVID-19, dieron al autotransporte turístico aun duro golpe.

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El año pasado, el servicio federal prestado por el transporte de excursión, turístico, de lujo y de chofer guía transportó a apenas 410 mil pasajeros, nivel de demanda registrado hace 23 años –en 1997 el transporte turístico movilizaba a 249 mil personas–. 

El impacto para los cuatro tipos de servicios prestados por el transporte turístico fue igual, con un promedio de 39% en la caída, frente a la demanda de 2019. 

El año pasado, el transporte de excursión movilizó a 355,767 personas; el turístico de lujo a 43,181; y el turístico a 8,225 vacacionistas.

La categoría de chofer guía, segmento en el que solo participan los vehículos tipo sedán o vagoneta, tuvo una demanda de 2,827 turistas, de acuerdo con la Estadística Básica de 2020 publicada por la SCT. 

El transporte turístico en México está operado principalmente por los micro y pequeños transportistas, quienes concentran el 61.1% de la flota o 52,794 vehículos, de un total de 86,440 registrados ante la SCT. 

Los hombre-camión –quienes tienen de una a cinco unidades– operaban 28,679 vehículos al cierre de 2020; seguidos por las pequeñas empresas –quienes poseen 6 a 30 unidades–, con 24,115 vehículos.

Las medianas empresas del transporte turístico – con flota de 31 a 100 unidades cada una–  tenían rodando 10,500 vehículos y las grandes empresas –de más de 100 vehículos cada unidad económica– representaban un parque total de 23,146 unidades.