Tras haber arrancado operaciones en 1998, la Planta de Navistar en Escobedo, Nuevo León, ha producido a la fecha más de 733,000 vehículos que circulan en México y el mundo, cuya confección está a cargo de un equipo de más de 3,000 colaboradores que a diario aportan su experiencia, talento y pasión por la calidad para poner en alto el nombre de la marca.

Reconocida como uno de los principales bastiones de Navistar en territorio nacional, este complejo industrial produce actualmente 78 vehículos heavy-duty y 72 de carga mediana durante un turno de operación, explicó Andrés Villavicencio, gerente de Unidad de Negocios de Camiones Pesados y Servicio Severo de la armadora.

Detalló que, de acuerdo con este ritmo de producción, aproximadamente cada 6.4 minutos sale de la línea de ensamble un camión International, el cual es sometido a un proceso de inspección previo a su embarque para ser entregado.

Villavicencio detalló que alrededor del 88.73% de la producción de esta planta está destinado a la exportación a Estados Unidos y Canadá, el 8.86% se destina al abasto del mercado nacional y el 2.40% es enviado a países de todas las latitudes.

Como parte de la gama de unidades que se produce en este complejo destacan los vehículos medianos, pesados y severos. En el primer rubro están el DuraStar, MV Series y TranStar. En el segmento de vehículos Clase 8 y tractocamiones se encuentra el LoneStar, LT, RH y ProStar. En tanto, los camiones severos fabricados en esta factoría son HV, HX y WorkStar.

Dos líneas de producción dan vida a la actividad de esta planta; la primera está  dedicada a las unidades de rango medio y la segunda corresponde a los vehículos más grandes de la gama de International, encabezados por su vehículo insignia LT, el cual representa el mayor porcentaje de su operación.

Ambas líneas trabajan en perfecta sincronía de forma independiente. El paso inicial es el ensamble de la cabina, el cual se lleva a cabo mediante  un proceso de soldadura, totalmente libre de remaches, lo que favorece la aerodinámica de los vehículos y asegura mayor durabilidad, resistencia, seguridad, reduce el ruido al interior, da un mejor acabado y evita oxidaciones posteriores.

Grandes robots son los responsables de reunir las láminas para conformar todos los lados de la cabina y unirlas a través de movimientos que emulan la precisión de un acto coreográfico seguido de una explosión luminosa.

Una vez armadas, las cabinas pasan por un proceso de inmersión para limpiarlas y favorecer la adhesión de la pintura. Posteriormente, llega el momento de darles color y brillo, lo cual se consigue a través de otra serie de robots y la tecnología de campanas.

En esta etapa se le da la apariencia a la superficie y se protege contra la corrosión. Durante la primera parte del proceso se le imprime color a las unidades y a continuación se aplica una base clara, la cual es responsable de proporcionar  brillo y durabilidad a las cabinas.

Al término de estos procesos comienzan a operar otras tres sublíneas, la primera enfocada en seguir acondicionando la cabina con todos los elementos que requiere para su operación, así como para garantizar la seguridad y confort del operador de la unidad. La segunda división es la responsable de ensamblar motor, transmisión y radiador, mientras que en la tercera se prepara el chasis de la unidad.

Finalmente, estas tres líneas convergen para juntar todos estos elementos y mediante el trabajo de más de una decena de personas, montar el motor en el chasis y ponerlo a punto para recibir la cabina. Una vez ensamblados y conectados todos los dispositivos pertinentes para su adecuado funcionamiento, se toca el claxon de la unidad para anunciar que el proceso fue completado de forma exitosa, comenzando así el desfile de unidades terminadas, disponibles en una gran variedad de colores, modelos y configuraciones.

Previo a que el vehículo abandone la línea para dirigirse a una inspección minuciosa antes de ser entregado a los clientes, es sometido a una revisión mecánica para checar los últimos detalles. Si el veredicto es favorable, el técnico da un ligero golpeteo en el cofre que indica que éste puede cerrarse y continuar su camino.

Leer: Planta Escobedo de Navistar recibe certificación ISO 45001