La Ruta TyT de esta semana nos llevó a explorar la importancia de la tecnología para prevenir el robo al transporte o, incluso, para que una vez perpetrado, recuperar la unidad. A la par de este factor, la labor del equipo de monitoreo para la pronta respuesta ante cualquier eventualidad juega un papel fundamental para enfrentar esta problemática.

David Barba, CEO de Easytrack, comentó en nuestro podcast semanal que los factores que pueden dejar más vulnerable a una empresa ante la delincuencia pueden dividirse en aquellos que dependen del operador y los que surgen desde el interior de la compañía transportista.

Los primeros corresponden a aquellas acciones en las que incurre el  conductor y ponen en riesgo su seguridad, tal es el caso de las paradas no autorizadas o el hecho de tomar rutas u horarios que están fuera de lo establecido.

Por otro lado, de la puerta de la empresa hacia adentro, dijo el especialista en tecnología, influye la mala selección del personal de monitoreo. En este sentido, comentó que es necesario poner al frente de esta labor a personas profesionales que no filtren información que ponga en riesgo la operación de la compañía y que estén dedicadas exclusivamente a atender de forma inmediata cualquier evento crítico.

Explicó que, muchas veces, con el afán de que el personal de monitoreo esté ocupado en todo momento, se le asignan tareas ajenas al que debería ser su objetivo primordial, es decir, ofrecer un tiempo de respuesta mínimo ante un reporte de robo y seguir al pie de la letra el protocolo de seguridad establecido en cada caso.

David Barba comentó que la estrategia para evitar el robo al autotransporte debe basarse en la elección de una tecnología adecuada para cada momento, para hacerlo de forma óptima, dividió el ilícito en tres fases: antes, durante y después.

Antes de un robo debe seleccionarse la tecnología necesaria para que le notifique al centro de monitoreo el momento justo en el que se presente un hecho crítico, sin necesidad de que el operador tenga presionar un botón de pánico, pues con base en la experiencia, esto solo sirve para alertar al delincuente; lo mejor, dijo el experto, es tener sensores, acceso al audio de la cabina o alguna clave específica acordada previamente con los conductores.

Tras recibir esta información, el monitorista debe poner en práctica el protocolo establecido en el menor tiempo posible para frustrar el robo o, en caso de concretarse, tener más posibilidades para auxiliar al operador y recuperar la unidad.

Si los vehículos no están equipados con la tecnología adecuada para que el área de monitoreo pueda actuar de forma oportuna, aún queda una última alternativa, dentro del que David Barba consideró como “el después del robo”.

En esta instancia es necesario que las unidades cuenten con tecnología  de recuperación, la cual, explicó, está instalada únicamente con ese fin, pues contrario a otros dispositivos, ésta se limita a compartir la ubicación del vehículo un par de veces al día. “Esta herramienta no  es para fines logísticos, solo sirve para la recuperación una vez cometido el acto delictivo”, aclaró.

La ventaja es que, basados en la red WiFi y la tecnología SIGFOX, estos dispositivos aun bajo techo o al interior de alguna bodega; además, en la mayoría de los casos, cuentan con batería por uno o dos años.

A lo largo de toda la charla, David Barba enfatizó la relevancia de la tecnología, pero dejó en claro que ésta solo surte el efecto óptimo respaldada por un departamento de monitoreo profesional, capacitado y con las herramientas óptimas para realizar su labor.

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