Mientras los gobiernos y sectores de salud en todo el mundo trabajan por frenar la propagación del COVID-19, las flotas luchan por mantenerse operativas ante el creciente golpe de la crisis sanitaria y económica.

Las cadenas de suministro en el país estaban diseñadas y planteadas para atender un modelo de comercialización, distribución y entrega, el cual ha cambiado drásticamente tras la propagación del COVID-19, señala KPMG México.

Las flotas ahora no solo deben mantener estrictos protocolos de seguridad y operación para el cuidado y traslado de las mercancías en tiempo y forma, sino que trabajan con los riesgos sanitarios actuales.

Alberto Modiano, VP en Supply Chain de Nestlé, afirma que en momentos de crisis es cuando se puede medir la fortaleza de una cadena de suministro. 

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“Los clientes y consumidores que durante una época difícil tienen acceso a los productos de su preferencia generan hacia el futuro un mayor índice de lealtad y recompra”, explica.

Esta premisa aplica de la misma manera tanto para los clientes como para los usuarios del transporte de carga.

El directivo señala que las medidas restrictivas a la población para reducir el número de contagios representan una gran dificultad para que las flotas superen un alto estándar de servicio.

Además de que puede haber afectaciones debido a restricciones de circulación de vehículos o de horarios de operación, las empresas corren el riesgo de que sus operadores se contagien de COVID-19.

Modiano agrega que los picos en la demanda generan un mayor tráfico en los andenes de los clientes, lo que retrasa la recepción y posterior regreso de las unidades de carga. La oferta de equipo de transporte se reduce y los conductores disponibles también disminuyen, lo que encarece el transporte.

En consecuencia, los indicadores bajan y los estándares son diferentes comparados con los de una situación bajo control o normal, lo que obliga a una constante adecuación de las operaciones de las flotas.

No obstante, la actividad de la industria del autotransporte se centra en cumplir o hasta superar el estándar de servicio, incluso, para llevar más lejos a las organizaciones.

Para el directivo de Nestlé México, con la crisis sanitaria y su impacto en la operación de las cadenas de suministro, es preciso centrarse en las medidas de higiene, ya que tanto la situación como los mismos clientes así lo han demandado.

Ello implica que las flotas de transporte endurezcan los estándares de calidad y sanitización de sus unidades, así como el cuidado de sus operadores y sus expectativas.

Además, las flotas deben adaptarse rápidamente a las restricciones operativas y a los cambios de demanda que se han derivado de la pandemia, a través de alternativas de unidades, horarios y soporte tecnológico para mantener la confianza y generar lealtad en sus propios clientes.

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