Para transformar al transporte público y de carga –incluyendo a la última milla– en las ciudades del país, se necesita mirar su impacto desde el punto de vista económico, social y ambiental, considera Dennis Quennet, Director Ciudades y Transporte Sustentable de la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable en México (GIZ México).

El experto comparte que estos tres ejes deben ser la base de las propuestas que surgen desde la iniciativa privada o pública, incluso desde la sociedad organizada. Y es que si solo se aborda desde uno solo de estos aspectos, la ecuación está incompleta.

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Por ejemplo, en el transporte público, Quennet señala que la renovación del parque vehicular por buses eléctricos debe contemplar la inversión inicial alta, sus costos de operación y mantenimiento, pero que también cómo incide en la calidad de vida de los usuarios de este servicio, así como en la calidad de aire de las ciudades.

“Eso lo hace diferente a la hora de los análisis costos-beneficios, si por ejemplo quiero ir de diesel a un autobús eléctrico; y esos análisis de costos-beneficios no son tan fáciles ni de hacer ni de explicar y eso es un reto que tenemos en México y muchos países más”, comenta en entrevista para TyT.

Dennis Quennet agrega que, en experiencia de GIZ, lo importante no es si estas iniciativas surgen del ámbito público o privado mientras se tenga claro los tres ejes como un valor agregado a cada cambio de en las ciudades. No obstante, reconoció que uno de los retos es coordinar esas diferentes iniciativas que, incluso, ya se están generando.

Dennis Quennet.

“Eso siempre es un reto en México, en cualquier cambio, porque como tenemos un país muy diverso, con un desarrollo en el norte, el centro y el sur, funcionan bajo una lógica muy diferente; siempre vamos a tener este reto de coordinar las iniciativas y, segundo, adaptarlas”, expresa.

El líder de Ciudades y Transporte Sustentable de GIZ México destaca que si se habla de transporte en un contexto local, no es de lo mismo solucionar el tema de transporte de carga fronterizo con Estados Unidos que en Chiapas. Lo mismo aplica en el tema de transporte público, pues es diferente organizar la logística urbana en una ciudad como la capital que en los municipios pequeños de Oaxaca.

“Pero se necesita organizar a nivel regional y para eso necesitamos a los actores locales, coordinación y adaptación”, agrega.  Destaca que el rol de los involucrados a nivel local es crucial, ya que, tanto en el segmento de pasaje como carga, ellos son los conocen de cerca las necesidades de las personas.

“Hay retos importantes, en la coordinación de todos estos actores pero mi experiencia es que si tienes los tres ejes bien claros y comunicados a los tomadores de decisión, la transformación va a venir”.

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México está dando los primeros pasos

GIZ es una iniciativa impulsada por el Gobierno federal alemán con presencia en 120 países, incluido México. En este sentido, Dennis Quennet, explica que, como en muchos países, la reforma y transformación del transporte en México se enfrenta a al poco acceso al financiamiento.

Entonces, la pregunta es ¿por dónde comenzar? El experto responde que ya hay iniciativas en el país tanto en el segmento de carga como en el de pasaje, donde flotas de reparto ya están electrificando sus flotas, mientras que ya están rodando autobuses eléctricos en Guadalajara y la Ciudad de México.

El entrevistado agrega que se necesita incentivar a estos proyectos pioneros: “Los primeros ya pasaron, nuestra tarea por parte de GIZ en el país es desarrollar con los que ya han abierto la puerta, pero sin olvidar la gran parte de las ciudades y zonas metropolitanas del país que todavía están pensando cómo lo van a hacer para lograr estos cambios”, comenta.

Eso sí, considera que, como siempre en los grandes cambios, los primeros en innovar, ya sea porque su cadena de valor les obligue o deseen ser más eficientes, serán los que estén mejor posicionados para ganar licitaciones.

Esto, señala, ayuda a mitigar las resistencias que cada cambio genera, especialmente cuando se busca cambiar el modelo de negocio con el que el transporte ha trabajado históricamente.

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Sobre este tema, Dennis Quennet concluye que, si bien los retos de la transformación de transporte son varios, cuando ya varias ciudades que están dando el ejemplo, este proceso se va a acelerar. Y el tema no es menor, ya que, en algún momento, la pandemia va a terminar pero los retos del cambio climático y la calidad de aire se van a quedar.

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