Cuando se creía que la pandemia por COVID-19 estaba llegando a su fin y algunos países de Europa comenzaron a levantar las restricciones sanitarias debido a las reducciones en el número de contagios, el aumento de casos por la subvariante BA.2 de ómicrón que comenzó a registrar China desde el 1° de marzo volvió a encender los focos de alarma.

El incremento de casos en China se veía como un problema que amenazaba a la cadena de suministro de manera global, pero muchos expertos se mostraban optimistas al decir que se trataba de un rebrote local que podría controlarse con las restricciones impuestas por el Gobierno. Sin embargo, países como Corea del Sur, Alemania, Reino Unido, Francia y Holanda, ya registraron un alza en el número de contagios en las últimas 24 horas.

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Corea del Sur reportó 490,881 nuevos casos este miércoles con respecto a los 353,968 del día anterior, marcando la segunda cifra diaria más elevada en el país, según la Agencia de Prevención y Control de Enfermedades de Corea (KDCA, siglas en inglés), y aunque las tasas de infección y mortalidad del país aún están muy por debajo de las registradas en otros lugares, ya han saturado hospitales y crematorios.

En este sentido, las autoridades anunciaron que podrían aumentar parcialmente las medidas sanitarias, por lo que los protocolos que tendrían que cumplir las empresas afectarían tiempos y costos de exportación de productos, una situación que ha puesto en jaque al comercio en China, afectando en un 20% al transporte terrestre de mercancía, así como al capital extranjero que entra al país.

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En tanto, el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier y su esposa, dieron positivo a COVID-19, formando parte de la cifra de más de 280,000 casos registrados durante el último día, un nuevo máximo, según el Instituto Robert Koch, entidad gubernamental encargada del control de enfermedades infecciosas.

A pesar del la cifra al alza, Alemania no se ha pronunciado al respecto de extremar las medidas sanitarias. Sin embargo, Hans Kluge, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa, señaló que la situación epidemiológica ocasionada por la subvariante de ómicron debe vigilarse y más aún que se levantaron «brutalmente» las restricciones sanitarias el pasado 18 de marzo.

«Tendremos que convivir con la COVID durante un tiempo, pero eso no significa que no podamos terminar con la pandemia y para eso no debemos bajar la guardia».

Hans Kluge, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa.

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Por otro lado, la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS, por sus siglas en inglés) informó que 323,032 personas en Inglaterra dieron positivo a COVID-19 entre el 3 y el 9 de marzo, un aumento del 55.5% en comparación con la semana anterior, en la cual registraron 207,728 nuevos contagios.

El director europeo de la OMS instó a la población, a los empresarios y autoridades gubernamentales a mantener las medidas preventivas ante la subvariante de ómicron que es más infecciosa, para evitar extremar las restricciones sanitarias que afectan a la economía, el comercio y la convivencia de manera global.

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