La pandemia desencadenó una carrera para desarrollar la nueva vacuna COVID-19 y, una vez aprobada, su distribución en el mundo retará a los operadores logísticos para su transportación.

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Dado que se estima que las primeras autorizaciones de uso de emergencia para vacuna COVID-19 entren en vigor en el último trimestre de 2020, los proveedores logísticos se enfrentan al desafío de establecer rápidamente cadenas de suministro de material sanitario y de distribución de la propia vacuna.

En México, el Gobierno federal informó que la primera vacuna efectiva contra SARS-CoV-2 y su enfermedad COVID-19 llegará al país en el primer trimestre de 2021. La proyección es que se entreguen más de 56 millones de dosis en una primera etapa

¿A qué se enfrentarán los operadores logísticos y qué deberán atender para llevar la vacuna COVID-19 a todos los puntos que se requiera? Esto es lo que explican.

La gran concentración de la producción y los cuellos de botella resultantes en aduanas, combinados con las capacidades limitadas de carga aérea, serán graves desafíos. 

En este sentido, la pandemia de COVID-19 ya dejó lecciones en los flujos de equipo de protección personal (EPP), señala un análisis de DHL con el apoyo analítico de McKinsey & Company.

De acuerdo con este estudio, las capacidades de transporte y los complejos procesos de aduana y de regulación incrementaron el riesgo de retrasos. Además, las dificultades de almacenamiento y la falta de transparencia en cuanto a los niveles de las existencias plantearon problemas significativos. 

El resultado fue un suministro impredecible en cuanto a volúmenes, calidad y tiempos de entrega.

En el transporte de material terapéutico, de pruebas y vacunas, los gobiernos se enfrentan a la complejidad de orquestar una cadena de suministro global de productos sumamente sensibles a través de múltiples medios de transporte.

Organizaciones y funcionarios pueden aliviar estas dificultades si cooperan con un proveedor de servicios logísticos adecuado.

En esta crisis sanitaria global, los gobiernos deben contar con acceso a una red logística mundial.

Esto garantizará una amplia variedad de capacidades de transporte multimodales así como de una infraestructura establecida para transportes intercontinentales.

DHL y McKinsey & Company comparten que también será imprescindible una red logística local.

La crisis del COVID-19 demostró que llevar los suministros médicos hasta un puerto nacional es solo la mitad de la tarea. Los conocimientos y contactos locales son también esenciales.

Para que un proveedor logístico pueda asegurar un suministro estable de productos vitales, deberá disponer también de capacidades regionales considerables en materia de almacenamiento y experiencia en logística en el país en cuestión a través de su propia infraestructura o bien a través de una red de socios de calidad.

DHL y McKinsey & Company identificaron que, con la pandemia de COVID-19, se utilizaron almacenes para guardar suministros médicos y equipos de protección personal que en realidad no estaban concebidos para albergar productos del sector salud. 

Lo anterior fue derivado de la presión del tiempo y la creciente demanda de estas mercancías.

Esto en ocasiones resultó en daños o deterioro de los materiales, pese a los periodos relativamente breves de almacenamiento, ya que no se reunían las condiciones necesarias de embalaje especializado, temperatura precisa y gestión.

En el caso de la vacuna COVID-19, será indispensable mantener en condiciones óptimas las dosis para no alterar su efectividad, por lo que es urgente determinar si se requiere ampliar la infraestructura de almacenes refrigerados y en qué regiones. 

Esto, a su vez, permitirá coordinar una red efectiva de suministro de última milla, mediante la planificación efectiva del transporte.

DHL y McKinsey & Company aseguran que, debido a los requisitos particulares de los suministros médicos, los socios logísticos deberían estar certificados para el transporte y el almacenamiento de productos del sector salud y la vacuna COVID-19. 

“En una emergencia sanitaria, es imprescindible tener un compromiso demostrado y la capacidad de hacer controles de calidad a los productos en diversas fases del proceso, y tener la posibilidad de asistir para realizar un despacho de aduanas a tiempo y sin problemas (con tratamiento preferencial)”, explica el operador de servicios logísticos.

Un proveedor logístico con amplias capacidades de manejo de datos puede contribuir a solventar los problemas de transparencia. Estas capacidades proporcionan visibilidad en tiempo real sobre el estado de los envíos y permiten monitorear toda una serie de variables que pueden repercutir en el suministro de la vacuna COVID-19.

En el suministro de la vacuna y productos del sector salud se requiere de un 3PL con experiencia en situaciones de crisis que pueda ampliar rápidamente sus capacidades y asegurar de manera continua los servicios, sin perder calidad.

El análisis de DHL identificó que las potenciales vacunas se están desarrollando en múltiples plataformas. Cuatro de las seis más avanzadas, por ejemplo, se basan en plataformas bastante nuevas o incluso experimentales, mientras que dos, en tradicionales. 

Esto plantea requisitos diferentes de temperatura en su distribución y almacenamiento. En consecuencia, las capacidades de distribución regionales, así como la sostenibilidad del embalaje y el transporte dependerán de estas exigencias.

Especialmente, porque algunas –según su producción– requerirán niveles de entre -70 y -80 grados centígrados, es decir, congelamiento; a diferencia de las vacunas tradicionales, que se sitúan en el rango de los 2 a -8 grados centígrados. 

DHL advierte que se requerirá contar con sensores de temperatura en el transporte, lo que demanda una total coordinación y planificación entre los gobiernos y las compañías que vayan a prestar los servicios logísticos.

Para responder de manera efectiva, los gobiernos tienen que comenzar a introducir ya las estrategias y estructuras necesarias, en lugar de apostar por medidas reactivas ad hoc, comparte DHL y McKinsey & Company.

Por ello, para los operadores logísticos es urgente entender el proyecto de vacunación de los gobiernos y las zonas que atenderán para ayudar a montar la logística correcta en todos los sitios.

Para Gastón Cedillo, investigador del Instituto Mexicano del Transporte y responsable técnico del Laboratorio Nacional en Sistemas de Transporte y Logística, la parte de la distribución será casi tan retadora como su producción.

El especialista advierte que habrá una especie de tirón entre lo que se requiere de capacidades de distribución y lo que se ha venido disminuyendo como resultado de la pandemia.

Países como Argentina, México y Brasil tienen algunos convenios para la manufactura de la vacuna. De concretarse este escenario, el desafío del transporte internacional se reduce, pero los esfuerzos logísticos estarán en la importación de materias primas y sustancias activas que se necesitarán para la manufactura. 

Y, sin embargo, esto no exenta la urgencia de la colaboración entre gobiernos,  organizaciones y academia para desarrollar los planes de distribución de la vacuna COVID-19.

Para el especialista, la clave está en dialogar y encontrar soluciones conjuntas. “No hay una solución única y no se encuentra de manera aislada. Es pertinente impulsar un comité que traiga a la mesa la parte pública, la academia y a la iniciativa privada”, destacó.

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