Los reajustes que el mundo experimenta tras la emergencia sanitaria y la reactivación luego de pasar la etapa crítica de la pandemia, aún suponen diversos retos para las empresas y su supervivencia. Esto obliga a los empresarios a prestar especial atención en factores determinantes para su organización, su entorno y sus objetivos, a fin de no desaparecer.

En un año en el que aún se tienen expectativas ambiguas sobre la economía y el entorno de los negocios, las empresas deberán analizar a detalle cada paso y avanzar con cautela ante las cambiantes condiciones en sus diversas áreas, y para ello, la gestión empresarial será clave para sortear los obstáculos que se vayan presentando en el camino.

Al respecto, Mario Vázquez, profesor e investigador de la Escuela de Negocios de la Universidad de Monterrey (UDEM), señala que ante un panorama de reconfiguraciones como el que se vive actualmente, las organizaciones deben estar al pendiente de su planeación estratégica y prepararse para adoptar estrategias emergentes que les permitan reaccionar y atender esos cambios.

“Puede suceder que lo que yo planeé para este año sea rebasado. Yo hice la planeación estratégica en diciembre, pero hubo nueva información que no se incorporó. A nivel directivo necesito tener instrumentos que me permitan leer las estrategias emergentes y, en la medida en que pueda leerlas, va a contribuir a que pueda sumarlas a mi planeación estratégica”, detalla el académico.

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Sobre el tema, Guillermo Martínez, socio fundador y Líder de Estrategia en Profesionales en Logística y Transporte (PELT), destaca la relevancia de la planeación estratégica para el futuro de la organización, y sobre todo, el aporte que da a las empresa para actuar sobre aquellos aspectos en los que puede aportar para alcanzar el objetivo en el plan trazado.

“Lo importante es tener presente qué estamos haciendo hoy, en qué se va a convertir en el futuro, y por eso es esencial que tomemos conciencia de nuestra realidad actual y nuestras decisiones, y cómo pueden convertirse en una realidad futura; ver dónde podemos intervenir para que esa realidad futura se transforme en aquello que estamos buscando”.

Con eso en mente, los empresarios podrán afrontar tendencias o cambios relevantes que han afectado la vida empresarial a raíz de la pandemia de COVID-19, y que durante 2023 seguirán siendo fundamentales para los negocios. Atenderlos supondría la diferencia entre seguir creciendo o quedarse en el camino.

Atracción y retención del recurso humano

Para Vázquez, una de las tres principales tendencias que observa para el año en curso, es la retención y atracción de personal, ya que la pandemia generó en la gente importantes replanteamientos sobre las prioridades y los beneficios que el empleo les aporta. Asimismo, explica que probablemente hoy la estructura de beneficios que era atractiva para los empleados antes de la pandemia, ya no lo es más.

“Las empresas no encuentran talento y el gran reto a nivel de estrategia sería definir qué tipo de personal me interesa y qué tengo que hacer para retenerlo y atraer al que necesito”.

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Agrega que hoy las organizaciones pueden tener hasta cinco diferentes generaciones conviviendo en el espacio de trabajo, y cada una puede estar interesada en un aspecto diferente de los componentes del salario.

“Para 2023 se tendrán que establecer mejores estrategias de talento. Cada vez más las personas dan mayor valor al bienestar y están revalorando el impacto del trabajo en su vida personal y familiar”, coincide Teresa Cruz, Directora de De la Paz Costemalle-DFK.

La especialista en gestión empresarial considera que se deben crear entornos de trabajo y culturas organizacionales atractivas para el trabajador, así como oportunidades de crecimiento y aprendizaje; además de esquemas flexibles como a los que obligó la pandemia y que hoy son altamente valorados por el personal.

Uno de los que ha tomado mayor relevancia en los últimos años es la salud, tanto física como emocional de los colaboradores en cualquier nivel, considera Manolo Ampudia, Director para América Latina de la consultora Uncommon Design Strategy.

Es muy relevante analizar cómo también podemos priorizar la salud de todos los colaboradores, es algo fundamental y se vio mucho en la pandemia. Todos en algún momento sufrimos por ese tema, y es algo a lo que se le tiene que poner foco”.

Administración de capital

La reactivación del comercio en el mundo conlleva oportunidades y una mayor demanda de transporte; sin embargo, al estar acompañada de una elevada inflación y altas tasas de interés, las empresas deberán poner especial atención en la gestión de su capital y el acceso al crédito para evitar un desbalance en sus finanzas que pueda representar un riesgo para su operación.

Respecto a estas tendencias, el investigador de la UDEM precisa que una de las respuestas estratégicas ante esta situación, es que las empresas busquen generar seguridad en la cadena de suministro, para asegurar los precios anuales de sus insumos y lograr así una mayor certidumbre en la planeación de costos e ingresos, pese al riesgo de que una parte de sus clientes ya no pueda pagar sus servicios.

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A su vez, Iván Cárdenas, fundador y Director General de BeGo, estima que cambios relevantes en las industrias como el llamado nearshoring o relocalización de las plantas productivas, o el ajuste a modelos de operación más nacionales, impulsarían la demanda de servicio para las transportistas mexicanas; sin embargo, ante las expectativas económicas deberán cuidar la gestión financiera para no perder dinero, en lugar de ganarlo.

“En el peor de los casos, muchas de las líneas transportistas van a tener que reducir la cantidad de servicios que pueden dar por mes, a fin de poder soportar esos excedentes en los costos”.

Sustentabilidad y sostenibilidad

El generar procesos sostenibles y reducir el impacto en el medio ambiente ha sido una de las principales preocupaciones en el ámbito empresarial, de modo que el propósito de las empresas de transporte y de logística se está redirigiendo cada vez más hacia el planeta y la comunidad, y no exclusivamente hacia las utilidades y el valor de las acciones.

Los especialistas coinciden en que realizar acciones más allá del green washing y adoptar enfoques socialmente responsables, que protejan al ambiente y rindan beneficios económicos y de desarrollo a su gente, es lo que les permitirá perdurar en el tiempo.

“¿Cómo puedo reconfigurar mi sentido de generar utilidades para los accionistas hacia algo en donde estoy generando valor para la sociedad? Es un reto interesante que cada industria va a tener que ir descubriendo”, considera Vázquez.

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Mientras tanto, Ampudia destaca que esto conlleva un esfuerzo de las empresas hacia afuera y hacia dentro, es decir, en su entorno y sus colaboradores de manera paralela y no solo en una de sus áreas como ocurría años atrás. Para ello, será fundamental que la dirección tenga claras las acciones que llevará a cabo con el objetivo de alcanzar estas metas.

Concuerdan en que ahora las organizaciones deberán comenzar a fijarse en los indicadores de bienestar de sus resultados anuales, en aquellas métricas que muestren el impacto que tienen en la sociedad, la economía y el medio ambiente, y no solo en los costos y las ganancias.

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