A través de Toyota Motor North America Research and Development, la armadora desarrolla tecnología eléctrica de celda de combustible para camiones Clase 8, utilizando el mismo sistema que el nuevo sedán Mirai 2021.

Se trata de un conjunto de camiones prototipo con intención de producción que se están preparando para ejecutar rutas entre los puertos de Los Ángeles y Long Beach, en California, para validar su rendimiento, eficiencia y capacidad de conducción.

De acuerdo con Toyota el nuevo vehículo está diseñado para ser lo suficientemente flexible como para satisfacer las necesidades de una amplia variedad de fabricantes OEM. El nuevo sistema de celda de combustible se adaptó a un chasis Kenworth T680.

A detalle, contiene un gabinete de almacenamiento de hidrógeno más compacto detrás de la cabina que alberga seis tanques de hidrógeno con la misma capacidad que los prototipos anteriores, mientras que una nueva batería de iones de litio más potente ayuda a suavizar el flujo de energía a los motores eléctricos.

Toyota informó en un comunicado que, en esta configuración, el sistema de celda de combustible de segunda generación ofrece más de 300 millas (483 km) de alcance con un peso de carga completa de 80,000 libras (36 toneladas), todo mientras demuestra una capacidad de conducción excepcional, un funcionamiento silencioso y cero emisiones.

“Este es un paso importante en la transición a camiones de servicio pesado libres de emisiones”, dijo Andrew Lund, ingeniero en jefe de investigación y desarrollo de Toyota Motor North America.

“Nuestros primeros camiones prototipo demostraron que un tren motriz eléctrico de celda de combustible era capaz de transportar carga pesada a diario. Estos nuevos prototipos no solo utilizan hardware destinado a la producción, sino que también nos permitirán comenzar a mirar hacia aplicaciones más amplias”, agregó.

Para Toyota, la reducción de la contaminación del aire en los puertos de Los Ángeles y Long Beach es un factor importante de este programa. Como parte del Reto Ambiental tiene como objetivo eliminar casi por completo las emisiones de CO2 de sus vehículos, operaciones y cadena de suministro para el 2050. La conversión de los camiones que actualmente sirven a estos puertos a trenes motrices eléctricos los acercaría más a dicha meta.

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