Francisco Jiménez Vargas nació en una familia ganadera. Sus padres tenían una granja y criar animales era su forma de vida. A los 20 años, por la necesidad de traer pastura para el ganado, decidió comprarse un camión y dedicarse él a esta tarea. Así fue como nació Transporte Fralucs.

Aunque solo era un vehículo que no daba servicio a terceros y la empresa ni siquiera tenía un nombre, don Francisco se puso a conducir su camión para satisfacer las necesidades del negocio familiar en Mexicali, Baja California. 

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 En eso estaba cuando empezó a formar su propia familia. Su esposa Carmen y sus hijos Aurelio, Luciano y Soledad. Los papás de Francisco tenían establos lecheros en Mexicali y sus hijos nacieron en Tijuana, de tal manera que ese era el trayecto de la pastura para el ganado. 

Era el México de los años setenta, con otra infraestructura carretera, razón por la que Francisco empezó con un giro particular y de a poco fue comprando más unidades y viendo dónde más podría hacer negocio. Estaba más cerca de darle forma a Transporte Fralucs. 

Sus hijos nacieron mientras él seguía conduciendo su propio camión. Luego de la pastura incursionó en transporte refrigerado para Estados Unidos, igual desde Mexicali. Llevaba productos de campo, especialmente uvas. 

En 1990 fue cuando, al fin, le dio el nombre oficial a la empresa: Transporte Fralucs, palabra formada con los nombres de todos: Francisco, Aurelio, Luciano, Carmen y Soledad. 

Ya con la desregulación del transporte y sus hijos participando de lleno en la compañía, incursionaron en la maquinaria. Compraron una grúa portátil para arrastrar sus propios vehículos cuando tenían algún tipo de descompostura. 

Amigos y familiares se las pedían prestada hasta que un día tuvieron un incidente en el Estado de México y fueron víctimas de los abusos de un prestador de servicios de grúas, además del vía crucis que representó recuperar el camión y el remolque del corralón. 

Al notar esta situación, don Francisco decidió incursionar de lleno en las grúas y ser mucho más empático con quienes requieren este servicio. En Baja California era un nicho todavía no muy explotado, de tal manera que el trabajo llegaba solo. 

El ahora director general de la empresa, su hijo Luciano Jiménez, recuerda que de muy joven decidió aprender todo el negocio, ya que su padre le insistió en no dejar la escuela. Apenas arrancaba la aventura de las grúas cuando la crisis del 94 puso en jaque la operación, pues para entonces ya tenía una fuerte deuda en financiamientos. 

En entrevista para TyT, Luciano Jiménez explica que luego de ese duro momento y a base de mucho esfuerzo, trabajo y apretarse el cinturón, Transporte Fralucs superó la crisis y empezó a crecer con pasos sólidos con el cambio de siglo.

Ya para 2010, el fundador Francisco Jiménez decidió retirarse para volver a la ganadería, de tal manera que pasó la estafeta a su hijo Luciano, pues tanto Aurelio como Soledad eligieron otros caminos. 

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Ya con la dirección general de Transporte Fralucs, Luciano pensó en el futuro y sabía que debía renovar toda la flota de la empresa, pues está consciente de que las grúas son un servicio de emergencia, de tal manera que los clientes no eligen a una empresa, sino que la requieren. 

Y lo que necesitan es seguridad, buen servicio y precios justos. Todos los estándares de la empresa se renovaron con la flota y hoy son un buen referente para el gremio, ya que una de sus principales políticas es tratar los coches que salvan como si fueran propios. 

En el presente, todavía con la pandemia presente, Transporte Fralucs es una empresa que cree e invierte en tecnología para ser más eficientes. Confía en que la transparencia es clave para la satisfacción de los clientes y, al final, eso es lo que sigue construyendo y escribiendo esta historia. 

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