“Se debe reconocer al transporte público colectivo como un componente esencial para la superación nacional del impacto de la crisis sanitaria, así como sus dimensiones sociales y económicas. Se requiere una visión de Estado”, sostiene Jesús Padilla Zenteno, Presidente de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM).

En entrevista para TyT, el directivo exhortó a los gobiernos a asignar fondos de emergencia y diseñar esquemas de apoyo federal para proteger el transporte público, pues de no actuar, la movilidad de las ciudades podría verse afectada de forma permanente.

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El confinamiento, así como el paro temporal de actividades económicas en México, redujo hasta en 80% el uso del transporte colectivo. Esto significa un duro golpe para los ingresos de las empresas transportistas, y un incremento en sus costos para atender de forma estricta las medidas sanitarias dentro de sus unidades, a fin de proteger a los operadores y usuarios del SARS-CoV-2.    

Jamás en la historia de México se había registrado una disminución tan grave en el uso de los sistemas de transporte disponibles como la observada ahora por la presencia del COVID-19. El impacto económico, financiero y social de la emergencia puede ser incluso mayor si se considera la contribución del transporte público colectivo a la cadena de valor del sector”. 

Estrategias para no perder la viabilidad

El transporte de pasajeros es una actividad esencial que se mantiene en un contexto de baja demanda, con autobuses al 30% de su capacidad para conservar la sana distancia entre sus pasajeros. Incluso, algunas empresas deberán agregar tecnología a sus unidades para que el prepago elimine el contacto con el dinero al que están expuestos usuarios y operadores. 

Al respecto, el líder de la AMTM refiere que el mayor reto para los servicios que ofrecen vagonetas, microbuses, autobuses, corredores y el mismo Metrobús, se centra en la recuperación de la demanda de usuarios, en los ajustes en las frecuencias y una reorganización total del modelo de financiamiento.

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Al interior, la falta de liquidez ha obligado a las empresas a postergar los pagos de los adeudos pendientes: “Hay operadores que lamentablemente no podrán recuperarse, que son los hombres-camión, y los que sí puedan subsistir a esta crisis tendrán que cambiar a un nuevo modelo de transporte, para lo cual también necesitaremos la ayuda y comprensión de los usuarios”, añade. 

El también presidente del Corredor Insurgentes (CISA) reitera que la baja demanda que enfrentan los transportistas no se recuperará en su totalidad en tanto no se encuentre una vacuna, y sea latente el repunte de contagios por el SARS-CoV2.

No esperamos una recuperación rápida, por lo que estimamos que en un horizonte favorable estaríamos hablando de al menos un año y medio, para que hacia finales de 2021 esto empiece a tomar un cauce”. 

El pasado 19 de junio, Metrobús llegó a su año número 15 de movilizar a la población de la Ciudad de México, tiempo en el que CISA acumuló más de 108 millones de kilómetros recorridos, con más de 400 colaboradores encargados de la operación y mantenimiento de la flota, además de su cuerpo administrativo. 

Sin duda, se trata de un 2020 retador. En abril, el servicio del Metrobús movilizó a siete millones 388,000 pasajeros que pagan boleto; se trata de 74.1% menos personas respecto a igual mes de 2019, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). 

Adicionalmente, los autobuses son desinfectados constantemente. Según informa la AMTM, son sanitizadas un promedio de 30 unidades por hora todos los días, acción contra la propagación del COVID-19 que implica costos para los concesionarios. 

¿Cómo compensarán los transportistas los costos de sanitizaión?

Las empresas que operan el Metrobús, como el Corredor Insurgentes, aplican medidas extraordinarias para evitar el contagio, como la limpieza de unidades con desinfectantes. Este costo es directo, con cargo a cada una de las empresas que han llegado a acuerdos con diversos proveedores para realizar este procedimiento.

Ante estas medidas, que representan una inversión por parte del microempresario, las autoridades no han informado si éste recibirá algún apoyo gubernamental o subsidio. Se ha mencionado que la compra de productos sanitizantes, cubrebocas, gel antibacterial y otros insumos para proteger y prevenir contagios en usuarios y colaboradores, pudiera ser 100% deducible de impuestos. 

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En la CDMX, la Secretaría de Movilidad (SEMOVI) comenzó la distribución de bonos de gasolina como apoyo al transporte concesionado, ante la falta de un incremento al costo del transporte público para la población.

¿Qué implica para el transporte público la nueva normalidad? 

Independientemente de la fecha en que se vayan levantando las fases y cambie el semáforo de riesgo epidemiológico, se irán incrementando los volúmenes de ocupación en el transporte.

Por otro lado, no es posible relajar las medidas de limpieza para el servicio de transporte público, y las empresas operadoras solicitarán a los usuarios seguir respetando las recomendaciones de la Secretaría de Salud.

El transporte público, al ser una actividad esencial, debe seguir diversos protocolos cuyo objetivo es ayudar a los operadores a adoptar los planes de continuidad del servicio, en respuesta a los desafíos específicos del COVID-19. Hoy, la recomendación más importante es seguir la orientación de las autoridades y ampliar las medidas conforme el nivel de riesgo.

Por ejemplo: implementar el uso de cubrebocas a los conductores de las unidades, adecuar la ventilación de los autobuses durante la prestación del servicio, poner a disposición del usuario gel antibacterial. Todas ellas, medidas que se suman a la limpieza exhaustiva de las unidades.

Las recomendaciones que seguirán las empresas operadoras, señala Padilla Zenteno, deberán ser las adecuadas para cada fase en todas las redes de transporte público, al margen del nivel de amenaza que se enfrente, pues así se contribuye a brindar un servicio responsable y eficiente ante la coyuntura en la que se encuentra cada entidad y el país.

Sostiene que las empresas transportistas mantendrán las medidas necesarias para proteger la salud de los mexicanos; sin embargo, en manos de los usuarios estará el mantener la sana distancia, usar cubrebocas, seguir la señalética para hacer la fila y esperar la llegada del transporte. 

Asimismo, instó a los usuarios a sentarse solo en los espacios designados dentro del transporte, evitar ingerir alimentos durante el trayecto, utilizar gel antibacterial a base de alcohol al 70% después de haber estado en contacto con superficies de uso común como pasamanos, tubos o dinero, entre otros, y evitar tocarse la cara, sobre todo nariz, boca y ojos.