Cuando Leticia Martínez y su esposo terminaron la carrera de Ingeniería Química, muy pronto se convirtieron en papás de dos niños. Él empezó a ejercer la profesión y ella decidió poner una tienda de abarrotes, para seguir pendiente sus bebés. Naturalmente, para ella, la idea de Tres Guepardos ni siquiera era remota: no existía. 

Apenas se daba abasto con los niños y el negocio. La tienda le demandaba mucho tiempo y terminaba exhausta, de tal manera que pensó en cambiar de giro, principalmente para la crianza y el descanso. 

Hicieron un esfuerzo para poner una llantera. Compraron una camioneta de tres y media y empezaron con el nuevo negocio. De a poco fueron aprendiendo y entendiendo las exigencias de este nicho, sin embargo, había muchos tiempos muertos. 

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En tanto, en la empresa donde trabajaba el esposo de Leticia empezaron a necesitar servicios de transporte. Era poco y a él se le ocurrió que la camioneta de la llantera podía funcionar, a fin de no tenerla detenida. Ella accedió y así fue como empezó este viaje. 

De a poco la empresa requería más viajes y la camioneta ya daba más servicio allá que acá. Era 1993 y el panorama era alentador, así que después de pensarlo, le apostaron al transporte. 

Al principio fueron los trámites, entender la gestión, los costos de operación, la razón social, en fin, todo eso que se va aprendiendo desde el principio. Con la primera proyección adquirieron cinco vehículos, entre torton y tractocamiones. 

Como había días en que los camiones estaban parados, se dieron a la tarea de buscar más clientes, siempre con un objetivo que ha sido el principal diferenciador para Tres Guepardos: dar el mejor servicio. 

Al principio, como persona física, la empresa se llamó Transportes Román, pero al convertirse en persona moral pensaron en darle identidad a la forma en como hacían las cosas: rápido. 

Por eso eligieron al guepardo como estandarte. Y aunque el nombre de la empresa comienza con el número tres, en realidad no es un número. Se trata de un acrónimo formado por las palabras Transporte Especializado (TrEs), pero ahora simplemente es Tres Guepardos. 

Pero el camino no ha sido fácil. Leticia Martínez recuerda que al principio hicieron una sociedad para crecer. Con la mirada del tiempo sabe que fue un error, porque después tuvieron que separarse e iniciar de cero, pero con el conocimiento y las ganas de hacer bien las cosas. 

De hecho, a raíz de esa experiencia le despertó el interés por aprender más de temas legales, así que se puso a estudiar. Diplomados, actualizaciones y cursos enfocados para mujeres empresarias. 

Otra experiencia que marcó el rumbo de la empresa fue un tema de secuestro. En ese momento, la familia ponderó la seguridad y la vida por encima de cualquier cosa y por eso decidieron ser mucho más cautos con la operación y los planes de crecimiento. 

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Sin renunciar al avance orgánico de la empresa, optaron por la prudencia en lugar de crecer abruptamente. Le apostaron a la profesionalización, certificaciones, protocolos de seguridad y así ha sido hasta la fecha, cuando ya tienen un parque vehicular de 60 unidades y operaciones bastante controladas. 

También cuidan a sus colaboradores como parte de la familia. De hecho, su primer operador, el que conducía la camioneta, duró con ellos 18 años y hoy ya está jubilado.