El valor del autotransporte de carga en la economía de México se hundió 27.3% en el segundo trimestre del año respecto a igual lapso de 2019, impactado por los efectos del “gran encierro” declarado para evitar una mayor propagación de la enfermedad COVID-19 entre la población. 

El paro de actividades productivas declarado entre abril y mayo dejó ver sus efectos en la economía mexicana, la cual cayó 18.7% anual en términos reales, y con ello el servicio del autotransporte de carga reportó su mayor retroceso desde que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) tiene registro. 

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Así, el valor que aportó el transporte carretero al Producto Interno Bruto (PIB) del país, entre abril y junio pasado, fue de 458,857 millones de pesos, el menor visto desde el tercer trimestre de 2011, cuando su nivel era de 458,731 millones de pesos, a precios de 2013. 

El autotransporte de carga inició su caída en la economía a partir del cuarto trimestre de 2019, con una contracción de 1.3 por ciento, en el primer trimestre de 2020 — cuando la pandemia no surtía sus mayores efectos en la economía— extendió su descenso a 1.9% anual; sin embargo, el SARS-CoV-2 llegó para ‘enfermar’ a la actividad en el segundo trimestre. 

En general, los servicios de transportes, correos y almacenamiento cayeron 39.3% en el segundo trimestre, respecto a igual lapso de 2019, a un valor de 741,005 millones de pesos, a precios constantes (sin tomar en cuenta la inflación). 

Dentro de esta categoría, el autotransporte de carga es el servicio que más aportó con 62.9% del valor total, seguido muy por detrás por el servicio terrestre de pasajeros, exceptuando al ferrocarril, el cual aportó 155,669 millones de pesos o 21% del total, de acuerdo con datos del Inegi. 

Al tomar en cuenta los servicios que más cayeron ante los efectos del confinamiento y paro de actividades productivas, el transporte aéreo se hundió 90.3% anual; seguido por transporte terrestre de pasajeros, con 58.7 por ciento. 

Las cifras difundidas esta mañana refieren que otro de los grandes afectados fueron los servicios de transporte turístico y por ductos, con una contracción de 42.3 por ciento. 

En contraste, los servicios postales, de mensajería y paquetería se desaceleraron a 5.9% anual en el segundo trimestre, luego de un crecimiento previo de 8.2 por ciento; similar comportamiento fue el del almacenamiento, que pasó de un alza de 5.4% en el primer trimestre a 2.1% en el lapso de referencia. 

Autotransporte enfrenta un camino largo 

En términos trimestrales, la economía de México cayó 17.1% entre abril y junio pasado. En su interior, las actividades primarias fueron las menos afectadas por el COVID-19, con un retroceso de 2 por ciento, de acuerdo con cifras ajustadas por estacionalidad. 

En contraste, las secundarías — donde se concentran la construcción, minería y manufactura— el retroceso fue de 23.4 por ciento, mientras que el sector terciario y principal motor de la economía — donde se ubica el comercio y los servicios— se contrajo 15.1 por ciento. 

Este último incluye al transporte, correos y almacenamiento, servicios que cayeron 36.7% trimestral dentro de la economía.

Al respecto, Enrique González, presidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) expuso que, luego del inicio de la reactivación económica, los transportistas han observado un repunte en la demanda. 

Sin embargo, dijo, hay actividades relacionadas con el comercio y turismo que, por la naturaleza de la pandemia y el riesgo de los contagios, aún frenan la demanda del autotransporte de carga. 

Sí hemos observado una tendencia al alza, hay otras industrias como los servicios y esparcimiento que reportan una caída de 73% y de 68% para los hoteles; esto implica a toda la proveeduría que se lleva por transporte terrestre, por eso también no hemos recuperado los niveles que traíamos antes de la pandemia.

«Esperemos que realmente mes con mes, trimestre con trimestre y en todo el semestre veamos una mejoría gradual, eso es lo que estamos esperando”

Enrique González, presidente de Canacar. 

En línea, César Salazar López, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expuso que las previsiones apuntan hacia una caída anual del PIB de 10% para 2020, con una recuperación de apenas entre el 3 y 3.5% en 2021. 

Una cosa muy relevante de la actividad económica es el día a día de las personas, quienes tienen gran cantidad de servicios anclados a sus grandes centros de trabajo o estudio, simplemente la actividad económica no se reactiva por completo, si el home office continúa y si las clases siguen a distancia. 

Las unidades comerciales son mayoría, entonces dejará sin ingreso a quienes se emplean ahí y no habrá una posibilidad de recuperación rápida, al menos para el siguiente año o meses, y eso da como resultado una menor actividad económica que impactará sobre el transporte de carga, e incluso el de personas.  

César Salazar López, investigador de la UNAM.

El investigador recordó que el autransporte de carga interviene tanto en la proveeduría de insumos de las empresas y la distribución de los productos finales, y esto implica que si la demanda se ve afectada, hay menos movimiento de mercancías y productos.