Afuera de las instalaciones de una empresa de autotransporte hay un letrero que dice “Se solicitan operadores quinta rueda”. A un lado, en una hoja más pequeña, se enlistan los requisitos: todo lo de rutina más las sanciones. Si falta diesel, si llegan tarde, si el camión está sucio, si se ponchan las llantas, si no entregan facturas… más otros 20 puntos, en todos los casos, se le descuenta al operador. 

A pesar de la advertencia, muchos operadores llegan a preguntar por las vacantes y el mismo día se van de viaje. Luego de una semana trabajando para esa empresa, tiene que renunciar, pues no solo no ganó dinero, sino que ahora están en deuda. 

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Esta historia es replicada a lo largo y ancho del país. Y así van rotando muchos operadores, de empresa en empresa, pagando a una lo que ganó para otra, y naturalmente, así se alimenta este círculo vicioso. 

Y es que cuando las empresas establecen una política de “Cero tolerancia”, no siempre está bien establecido qué significa, y lo más fácil, siempre, es cortar de tajo y cortar parejo. Salomónico. 

Érika Sánchez, gerente comercial de Investigación de Personal en Recurso Confiable, explicó que esta política en particular siempre es contraproducente, pues los operadores, de entrada, saben que no van a ganar. Por una y otra razón siempre incurrirán en alguna falta que les amerite multa. 

“Si ellos ven que de entrada una empresa se los quiere fregar, pues ellos lo hacen primero. Y así nadie gana. Todos pierden. Unos porque se quedan sin empleo y otros porque tienen sus camiones parados”, señaló.

En entrevista para TyT, la especialista recomienda segmentar la plantilla de colaboradores, pues cada uno vive una realidad particular, de tal manera que lo que podría representar un castigo o un premio para unos, no necesariamente aplica para otros. 

Es por eso que, en lugar de cero tolerancia, Sánchez recomienda valorar y analizar cada caso, eso sí, con políticas claras y parámetros que establezcan qué actitudes no serán permitidas y en cuáles se tendría que valorar el contexto. 

Un parámetro que funciona, agregó, es establecer un semáforo de llamadas de atención o un sistema de de amonestaciones, como en el futbol, pues si el operador incurre en alguna acción que afecte la operación, se le puede llamar la atención y notificarle que, de repetirse, habrá una sanción; de ser recurrente, ahora sí, prescindirán de sus servicios. 

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“Si lo vemos bien, por eso hay muchas empresas que contratan a cualquier persona con licencia federal, y muchas veces ni eso. Ya no tienen tiempo para reclutar correctamente, saber quién es la persona que se llevará una carga, de dónde viene, dónde trabajó y qué costumbres tiene. El resultado siempre es el mismo”, agregó. 

Si quieres conocer qué otras recomendaciones hace la especialista para reclutar operadores, no te pierdas la entrevista que será publicada en nuestra edición impresa de abril.