La industria automotriz en el mundo es una de las grandes afectadas por la pandemia de la enfermedad COVID-19. Mientras China vive una fase de recuperación, Europa y Norteamérica experimenta el impacto total de la pandemia, expone la Encuesta Global a Ejecutivos Automotrices 2020 de KPMG. 

“A medida que el virus se propaga en oleadas por todo el mundo, las empresas con una gran presencia en China, que se vieron fuertemente afectadas en febrero y marzo, probablemente se beneficiarán de la actual recuperación económica de China, que comenzó entre abril y mayo”, expone. 

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En la encuesta realizada a más de 1,100 ejecutivos de las industrias automotriz y tecnológica, 76% de los participantes pronosticó que Europa perderá terreno en el sector, con menos de 5% de la producción global hacia 2030, como uno de los efectos de la pandemia.  

Adicional, seis de cada 10 estimó que de 20% a 30% de las concesionarias físicas dejarán de existir y serán reemplazadas por tiendas virtuales. 

El confinamiento obligó a las distribuidoras de autos a impulsar sus plataformas de venta online, la cual se convirtió en su única opción para colocar unidades en el mercado mientras la población estaba en confinamiento, tal fue el caso de México. 

El análisis de KPMG refiere también un pequeño auge para la industria automotriz, ya que este mercado está respaldado por incentivos gubernamentales, como la extensión de subsidios y exenciones fiscales para vehículos de nueva energía hasta 2022.

En este contexto, por primera vez en la historia del estudio, los expertos encuestados ya no creen que los motores de combustión interna (ICE, por sus siglas en inglés) tengan la mayor participación de mercado en el futuro.

Sin embargo, KPMG sostiene que cada armadora y mercado en el mundo debe analizarse por separado, pues el comportamiento de la industria automotriz será única para cada región. 

El ejercicio en el que participaron más de 2,000 consumidores de 30 países, expuso que 36% de los encuestados en China estaría dispuesto a adquirir un vehículo híbrido (gasolina-batería), mientras que solo 6% optaría por un motor a gasolina o diesel. 

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El segundo vehículo en mente de los chinos fue el eléctrico de batería (BEV, por sus siglas en inglés), pues 24% optaría por estos modelos, y 18% más lo haría por los vehículos híbridos eléctricos (PHEV, por sus siglas en inglés). 

En Europa oriental los vehículos híbridos también lideran las preferencias de compra de los próximos cinco años, con 38%; solo que en este mercado las unidades ICE — que funcionan con gasolina o diesel— serían la segunda opción, con 23%; en tercera posición se ubicaron los PHEV, con 14 por ciento. 

Si los consumidores de Europa del Este tendrían que comprar un vehículo en los próximos 5 años, el 32% adquiriría un híbrido; 18 por ciento, un ICE; mientras que 16% adquiriría un PHEV e igual porcentaje elegiría un vehículo eléctrico de batería 

En Norteamérica, el bloque conformado por los socios del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) la preferencia de los consumidores se centra en los vehículos híbridos u los ICE, con 31% para cada uno. 

En esta región, la industria automotriz de los vehículos híbridos eléctricos ocupa la segunda posición con 14% de las preferencias; seguida por losvehículos eléctricos de pila de combustible (FCEV, por sus siglas en inglés), con 10% de las menciones en la encuesta de KPMG. 

El mercado de Sudamérica el comportamiento es diferente, el 39% optó por un híbrido; 17% por un automotor a diesel o gasolina; en tercer lugar de las preferencias se ubicaron los BEV, con 14 por ciento; seguidos con 12% por los PHEV, refirió la Encuesta Global a Ejecutivos Automotrices 2020. 

Al respecto, Albrecht Ysenburg, Socio Líder de la Industria Automotriz de KPMG en México, consideró que el COVID-19 puede ahora cambiar el enfoque de la industria del desarrollo tecnológico a un enfoque más operativo y de supervivencia. Hecho que presenta a México como un jugador de producción global con amenazas y oportunidades.

Las empresas deben desarrollar estrategias regionales independientes tanto para los clientes como para los mercados. Las empresas mexicanas deberán posicionarse para atender las diferentes necesidades del mercado”.  

Albrecht Ysenburg, Socio Líder de la Industria Automotriz de KPMG en México.

Al revisar a detalle la evolución de las preferencias de los consumidores de Norteamérica, en 2018 45% estaba dispuesto a comprar un vehículo ICE; el porcentaje descendió a 35% un año más tarde y posteriormente a 31% en 2020. 

En contraste, las unidades PHEV y los vehículos eléctricos de batería han ganado terreno de forma paulatina entre 2018 y 2020, de acuerdo con la encuesta de la industria automotriz aplicada en febrero de este año. 

A nivel global, los autos híbridos los predilectos entre los consumidores, con 34% de las menciones, pese a descender un punto porcentual respecto al 35% arrojado en 2018. 

 

De acuerdo con KPMG, los incentivos otorgados para la industria automotriz enfocados en su desarrollo tecnológico es un factor relevante para el avance en el uso de vehículos eléctricos, tal es el caso de naciones como Alemania y Francia. 

En el caso de Noruega, añade, las exenciones fiscales y una serie de otros incentivos, en combinación con uno de los ingresos familiares medios más altos del mundo, allanó el camino para que la participación de las ventas de BEV aumentara a casi un tercio en 2018.

En el caso de Estados Unidos, el mercado más importante para la industria automotriz de México, la existencia de menores incentivos para la electrificación provoca un menor avance para los autos BEV, por refirió.

KPMG añade que la movilidad de los clientes se basarán en la privacidad y seguridad de los datos, el costo total de propiedad y una experiencia de movilidad fluida y sin complicaciones. 

Esto provocará la reducción entre 20% y 30% los puntos de venta físicos; sin embargo, la compra en línea aún esta lejos de ser el principal canal de venta de las distribuidoras, ya que 1 de cada cinco consumidores está dispuestos a hacer una adquisición en línea. 

En general, a causa de la crisis generada por la pandemia, los vehículos están siendo considerados un medio de protección en comparación con el transporte público, lo cual brinda a los fabricantes la oportunidad de posicionarse y crear mayor interacción con los clientes que desean invertir en su seguridad, expuso KPMG.