Mucho antes de ser una empresa especializada y de llamarse como se llama ahora, MOG Refrigerados se transportó propaganda política para el entonces candidato presidencial del PRI Luis Donaldo Colosio.

Justo el atentado contra Colosio puso final a la especie de concesión que la empresa tenía para proveer sus servicios en diferentes puntos del país.

De hecho, la empresa inició con una camioneta de tres y media llevando, también, productos para la extinta Kraft Foods. Todo era al tanteo. Antonio Ocaña había invertido sus ahorros en el vehículo y debía pagar, sí o sí, cada mensualidad. 

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Él manejaba su camioneta y buscaba clientes cuando lo invitaron a participar en la propaganda política. Fueron cerca de dos años los que se enfocó en ese nicho, pero tras la muerte de Colosio tuvo que buscar nuevas oportunidades. 

Años después incursionó en la industria discográfica repartiendo productos para diferentes compañías productoras a nivel nacional. Un cambio radical para su corta experiencia, pero buen negocio, que le permitió adquirir un par de vehículos más. 

En esa época la empresa no se llamaba MOG Refrigerados y aún estaría lejos de llamarse así. Para fines prácticos, Antonio le puso Transportes Ocaña, como suele suceder en muchos otros casos. 

Luego de los discos regresó con Kraft y ahora tuvo que comprar camiones tipo torton y empezar a dejar de lado las camionetas de tres y media. Eso fue en 1998, siete años después de haber fundado su propia empresa. 

En ese momento, Antonio Ocaña reparó en lo difícil que le había resultado, ya que decidió invertir en su primer vehículo sin conocimiento de causa. Unos amigos le habían aconsejado el transporte, pero no le advirtieron que primero debía conseguir clientes. Cuando llegó la crisis, esos amigos desaparecieron. 

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Una vez que empezó a crecer tanto la operación como la flota de la empresa tuvieron que mudar su patio de la Ciudad de México hacia Tepotzotlán, en el Estado de México, donde actualmente siguen presentes. 

Años más tarde, MOG Refrigerados fue contratada por Walmart, para hacer transporte local en el Valle de México. En ese momento, recuerda Ocaña, se hizo un parteaguas, pues el trabajo creció y así ha sido desde entonces. 

Desde 1991 hasta hace unos cinco años, Antonio Ocaña manejó sus propios vehículos y no fue hasta que su familia y personal de la empresa lo convencieron de dejar el volante para dedicarse a la administración. Incluso, en sus tiempos libres también le aprende a la mecánica. 

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Hace cerca de diez años, cuando falleció su hermano, el fundador decidió cambiarle el nombre a su empresa, en honor a él: pasó de ser Transportes Ocaña a MOG Refrigerados, utilizando sus iniciales, Manuel Ocaña González.

Ahora la empresa tiene una flota de 16 tractocamiones, equipados con caja refrigerada y emplea a cerca de 30 personas. La pandemia les trajo más trabajo y, afortunadamente para ellos, el trabajo no se detiene. Sus planes están enfocados en el crecimiento y así pinta 2022.