La industria automotriz en México y el mundo arranca 2021 con una menor actividad, producto de la escasez de semiconductores que se instalan en distintas partes de las unidades. Esto, en medio de un incremento de contagios por COVID-19, la pandemia que se niega a ceder.

El desabasto de los chips elaborados en países asiáticos, principalmente en Taiwán y Corea, estará presente hasta la primera mitad del año. «El problema de los semiconductores se va a normalizar hasta mayo y junio», estimó Óscar Albin, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA).

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Esta problemática se debe a que el confinamiento llevó a la población a demandar un mayor número de tecnología celular, equipo de cómputo y de entretenimiento, lo cual elevó la demanda de estos chips en el mundo.

En enero, las armadoras instaladas en México produjeron 278,722 unidades, 15.05% menos respecto a igual mes de 2020 y el menor nivel para un enero desde 2016. El principal factor fue la falta de semiconductores en la industria automotriz global.

En este contexto, Fausto Cuevas, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), expuso que tienen la expectativa de que el desabasto de semiconductores tendrá un efecto en la producción de la primera mitad durante la primera mitad del año. “No sabemos de qué tamaño, no tenemos información a detalle”, añadió.

Óscar Albin añadió que una vez que se agilice el suministro de esta autoparte en las cadenas globales de la industria automotriz, se trabajará a una mayor velocidad para recuperar inventarios y atender la demanda en el mercado.

De hecho, este lunes la INA elevó de 96,971 millones de dólares a 97,408 millones su estimado de valor de la producción en México para 2021, respecto a la presión realizada en enero pasado.

Si bien, la falta de chips para la producción de vehículos es un factor en contra de la industria automotriz en el mundo, de fondo hay expectativas positivas para la fabricación y exportación de vehículos ligeros hechos en México.

Industria automotriz, a la conquista de terreno perdido

Después de una caída de 20.6% en la producción de autos el año pasado, derivada del cierre de actividades por más de dos meses para evitar la propagación del virus, la AMIA previó a finales de 2020 un crecimiento de alrededor del 12% para este año, es decir, la fabricación de 3 millones 404,999 unidades. 

Para el caso de las exportaciones, las cuales marcan el ritmo de la manufactura, la Asociación tiene el mismo pronóstico de crecimiento para 2021: 12 por ciento, luego de un retroceso de 20.9% anual.

Es aquí donde está la clave del crecimiento esperado, pues el 80% de los embarques mexicanos tiene como destino el mercado de Estados Unidos.  

La producción de autopartes tiene un escenario aún más favorecedor, ya que, tras ser declarada esencial la fabricación de equipo de transporte, el ritmo de recuperación de las armadoras en México y la fuerte demanda proveniente de clientes estadounidenses, le dieron un segundo semestre positivo, e incluso en el último cuarto del año logró superar su desempeño de 2019.

De tal forma que, luego de caer 20% anual, la INA no descartó un crecimiento superior a 24% en los próximos meses, para alcanzar la barrera de producción de los 100,000 millones de dólares al cierre de año.

Biden suministra combustible al mercado

Expertos y analistas de la industria automotriz estiman que la producción de este sector superará lo proyectado por la AMIA debido, principalmente, a la fuerte demanda proveniente de Estados Unidos, economía que se recupera de forma favorable de los efectos de la pandemia aún presente en el mundo; además de que su presidente, Joe Biden, impulsa un ambicioso plan de estímulos fiscales. 

La propuesta que presentó Biden de estímulos fiscales, nos da la impresión de que va a fortalecer en un grado significativo la capacidad de consumo de la población de Estados Unidos”.

Alik García, analista de Intercam Grupo Financiero. 

Otro factor positivo para la compra de autos en esa nación, son las bajas tasas de interés que mantiene el Banco Central de Estados Unidos, así como el menor costo de los combustibles.

Francisco Bautista, socio líder del segmento de Manufactura Avanzada y Movilidad de EY Latam Norte, coincide en que la estrategia de Biden fomentará la demanda del mercado estadounidense, y suma otro factor: un cambio en el patrón de consumo por efecto de la pandemia.

Hace dos años, los millennials eran una generación que no compraba automóviles, había un decrecimiento en este rubro. Pero hoy, por el tema de la salud hay un crecimiento, existen cambios de comportamiento positivos en el consumidor por cuestiones de seguridad, principalmente de salud y movilidad, que están llevando a que se dé una compra de autos de forma importante”.

Francisco Bautista, socio líder del segmento de Manufactura Avanzada y Movilidad de EY Latam Norte.

Fluye la inversión en la industria automotriz

En cuanto al arribo de nuevas inversiones a la industria automotriz que abonen a un mayor movimiento de carga, Alik García refiere que serán moderadas, impulsadas –principalmente– por readaptaciones en plantas para producir nuevos modelos. Esto, claro, también tendrá sus repercusiones positivas en la cadena de suministro. 

Si bien las armadoras establecidas en México tienen capacidad ociosa, Francisco Bautista no descarta que se observe un crecimiento en la capacidad productiva de las plantas hacia la segunda mitad de 2021, debido al comportamiento del mercado de los principales destinos de exportación. Sin embargo, reconoce que se vive una etapa de cautela. 

Recuerda que la pandemia sigue y, por lo tanto, se mantienen los riesgos de nuevos cierres totales de actividades económicas, así como de una mutación más agresiva del virus. Y aunque es baja la posibilidad de que el mundo reciba un nuevo shock a causa del Coronavirus, hay altos niveles de incertidumbre.

Al tercer trimestre de 2020, llegaron a México 23,482 mdd por concepto de Inversión Extranjera Directa (IED), una caída de 19.5% anual. La fabricación de vehículos y camiones atrajo 1,763 millones de dólares o 39.7% menos recursos que en igual lapso de 2019, y la baja para la fabricación de autopartes fue más pronunciada: 64.1 por ciento, o 1,053 millones de dólares. 

En este contexto, el Gobierno debe generar las condiciones para que el país aproveche sus ventajas competitivas y la certidumbre proporcionada por el T-MEC.

El Gobierno es quien debe poner la mesa para que los empresarios hagan negocios, bajo sus reglas. Tiene una gran posibilidad de impulsar a la industria automotriz para la exportación, para generar una mayor cadena productiva mexicana”. 

Francisco Bautista, socio líder del segmento de Manufactura Avanzada y Movilidad de EY Latam Norte.

Sin embargo, añade que actualmente hay reglas duras y una autoridad que, al parecer, ha decidido no apoyar a los empresarios. En el caso específico de la industria automotriz, el especialista manifiesta que debe cumplir con nuevas normas dictadas por el T-MEC, y ello tiene un costo.

Si bien, la pandemia llegó para enseñarle al mundo, entre muchas cosas, que nada está dicho; hasta el momento, la expectativa para la industria automotriz — el segundo cliente más importante para el autotransporte de carga — continuará afectada en el corto plazo por las restricciones generadas por la pandemia, así como la escasez de semiconductores.

En tanto, que el mayor impulso llegará para la segunda mitad de 2021, una vez que halla mayor disponibilidad de esta autoparte y los estímulos fiscales de Estados Unidos, por 1.9 billones de dólares, surtan efecto en el mercado.

Mercado interno, enfermo y sin antídoto

Si bien el grueso de la producción de la industria automotriz se dirige al exterior, el mercado local también juega un papel importante; sin embargo, se encuentra debilitado por la crisis económica y la baja en el empleo. 

En enero pasado, la venta de autos en el mercado mexicano cayó 22.6% anual, afectada por los cierres de distribuidoras y las restricciones a la movilidad por el incremento de los casos de COVID-19. 

Guillermo Rosales Zárate, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), detalló que la presencia de la pandemia, la falta de confianza del consumidor y los inversionistas, así como el desempleo, llevaron a ajustar a la baja su expectativa de ventas. 

Así, el pronóstico de ventas para 2021 fue recortado de 11.2% a 9.1% o un millón 35 mil 830 unidades para 2021. Esto, al final de cuentas resta impulso a la industria automotriz, pese a que el carril de alta velocidad sea el mercado de Estados Unidos.