Joe Biden llegó a la presidencia de Estados Unidos con amplias expectativas sobre mayores planes de apoyos para las empresas y las familias, que impactarán de forma positiva a la economía de ese país, y por supuesto, a México. 

Antes de tomar el poder, el 20 de enero, Joe Biden presentó al Congreso del su país un paquete de estímulos fiscales por 1.9 billones de dólares que serán dirigidos directamente a las familias, a la extensión de ayudas extraordinarias por desempleo, así como para la distribución de vacunas y recursos para los gobiernos.

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En breve expondrá un programa de inversiones para infraestructura y energía por un monto estimado de 2.4 billones de dólares. El nuevo inquilino de La Casa Blanca prevé destinar 900,000 millones al sector de transportes, en obras como la reparación de carreteras, puentes y modernización de transporte público. 

Para su programa “Made in America” planea dirigir 700,000 millones de dólares, con la finalidad de que el sector productivo de su país incremente el desarrollo de tecnología 5G, biotecnología, inteligencia artificial e insumos como el acero y suministros médicos. 

Fiel a su objetivo de que la recuperación de la economía de Estados Unidos se dé acompañada del desalojo de energías limpias, Joe Biden destinará 490,000 millones de dólares para este rubro. 

Hay especial entusiasmo sobre los planes del Presidente de Estados Unidos, pues se espera que los Demócratas, con mayoría en ambas cámaras, tengan la capacidad de aprobar el paquete de estímulo fiscal. De ser así, México sería un segundo beneficiado. 

La mayor capacidad de compra de la población estadounidense y el incremento de su producción fabril, sin duda, favorecen a las exportaciones, manufactura y arribo de remesas a México. 

Al respecto, Gabriel Casillas, presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), que el impacto de los estímulos fiscales iniciados por el antecesor de Joe Biden ya se dejó ver en la industria automotriz. 

Los estímulos fiscales son tan grandes en Estados Unidos que ya vimos su efecto en el lado de las manufacturas, porque la gente está comprando coches, por eso la producción automotriz ya está a niveles precovid”.

De hecho, especialistas estiman que la proyección de crecimiento de 12% para la producción y exportación de autos nuevos realizado por la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) para 2021 será fácil de cumplir, gracias a la demanda estadounidense y al mejor estado de salud de su economía. 

Gabriel Casillas añadió que México también se beneficiarán con un mayor arribo de remesas, pues los connacionales tienen más trabajo y envían más dinero a sus lugares de origen. 

Así es cómo los planes de corto, mediano y largo plazo de Joe Biden tendrán un efecto en la economía nacional, debido a la estrecha relación de las cadenas de valor y al relevante papel comercial de México en el mercado interno e industria de la primera potencia del mundo. 

En efecto, el autotransporte también recibirá una carga de energía con las decisiones de Biden, pues este servicio movió 72.4% del valor total de las mercancías que se movieron entre ambas naciones, informó en octubre pasado la Oficina de Estadísticas del Transporte del Gobierno estadounidense. 

Pese al panorama positivo, de fondo existen preocupaciones sobre el interés de los demócratas de revisar los salarios de forma anual dentro del T-MEC, así como las intenciones de Joe Biden de incrementar el salario mínimo en su país, lo cual lo llevaría a solicitar un ajuste en el bloque de Norteamérica.

Adicional, existen especulaciones sobre propuestas fiscales del equipo de Joe Biden, con el establecimiento de una multa fiscal a los corporativos que subcontraten en otras partes del mundo, como en México, para la re manufactura de productos y su exportación a Estados Unidos. 

Estos elementos, de presentarse, podría afectar el flujo comercial de México hacia Estados Unidos, así como la competitividad de la manufactura establecida en el país.

El IMEF estimó que la economía de México cayó 9.0% el año pasado, mientras que para 2021 previó un rebote de 3.5 por ciento, y son los planes de reactivación económica de Joe Biden uno de los factores que abonarán a esta modesta recuperación.